Por Carmen Gloria González, Profesora Adjunta, Unidad de Alimentos, INTA - Universidad de Chile
El problema de las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA) afecta a todos los países en el mundo. Es un problema que tiene un componente ético, en cuanto a que toneladas de alimentos se eliminan estando en condiciones adecuadas para su consumo, mientras que, en paralelo, millones de personas sufren de hambre por la falta de alimentos. También es un problema económico y ambiental, puesto que no es solo la cantidad de alimentos que van a la basura, si no también todos los recursos implicados en la producción de estos alimentos. El uso de recursos como agua y suelos, la mano de obra, la contaminación por transporte y envases y la producción de gases de efecto invernadero en los vertederos y rellenos sanitarios, por la descomposición de la materia orgánica, son algunas de las implicancias de la producción de alimentos, que se suman a los aspectos negativos que tiene el eliminar un alimento apto para el consumo humano.
Desde el año 2020, el 29 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Con el fin de visibilizar y dar a conocer el problema y más importante aún, como una llamada a las autoridades, el sector privado y la sociedad civil a tomar medidas concretas para disminuir la cantidad de alimentos que se eliminan, y así contribuir a lograr sistemas alimentarios más sostenibles.
Es importante hacer una distinción entre los términos pérdidas y desperdicios, en relación con el punto de la cadena productiva donde se eliminan los alimentos, pero ambos hacen referencia a la disminución de la masa de alimentos producidos para el consumo humano. Los alimentos se pierden a nivel de producción, cosecha, postcosecha, almacenamiento y transporte; y se desperdician en los ámbitos relacionados al consumo (venta, elaboración y uso, tanto en la alimentación colectiva como los hogares).
En la actualidad, las estimaciones señalan que, en el mundo, cerca del 14% de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta a los minoristas y aproximadamente el 17% de la producción se desperdicia (entre los hogares, servicios de alimentación y comercio). Los datos varían entre los distintos países: en los países industrializados, el desperdicio es más importante que la pérdida de alimentos, en tanto que en los países en vías de desarrollo las pérdidas son más preponderantes, concentrándose en la producción y almacenamiento.
En este Año Internacional de las Frutas y Verduras, las pérdidas y desperdicios son parte de los componentes claves que es necesario abordar, a través de una motivación por el respeto por los alimentos, y destacando que al aumentar los esfuerzos por mantener la calidad y garantizar la inocuidad de los alimentos, se reducen las PDA y aumenta su disponibilidad. Además, se enfatiza que la incorporación de innovación, tecnologías e infraestructuras adecuadas, son fundamentales para aumentar la eficiencia y productividad en las cadenas de suministro de frutas y verduras, a fin de reducir las pérdidas y desperdicios. Las frutas y verduras son el grupo de alimentos con mayores niveles de pérdidas (cerca del 45%) y desperdicios (alrededor del 30% de las compras realizadas por los consumidores). Las razones pueden ser estéticas, por su forma, tamaño y calibre, que son criterios de selección para la venta; es decir, que parte de los alimentos no alcanzan a ser comercializados, por no cumplir con los estándares del mercado o por los costos implícitos en el traslado, que pueden superar el valor de venta. También se eliminan partes no valorizadas habitualmente, como los tallos, hojas y cáscaras, que son comestibles y nutricionalmente apreciables. Otras razones para los desperdicios son el mal almacenamiento y falta de planificación, que llevan al deterioro de los alimentos en el hogar, antes de su consumo.
Desde el punto de vista nutricional, los alimentos con calibres pequeños o con distintos defectos de forma o apariencia, aportan los mismos nutrientes y compuestos beneficiosos que se encuentran en alimentos con aspecto perfecto y homogéneo.
Tanto en Chile como en el mundo se realizan diversas iniciativas para cumplir con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que apunta a disminuir a la mitad las PDA para el año 2030. Entre ellas, están los bancos de alimentos para el rescate de productos y posterior entrega a sectores vulnerables, la innovación por parte de la industria alimentaria para la incorporación de alimentos rescatados en el desarrollo de nuevos productos y las acciones gubernamentales que planifican las estrategias con los distintos sectores, para la prevención de las PDA. En este sentido, en Chile, el año 2017, se formó el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de PDA, que reúne a distintos actores tanto del sector público como del sector privado, para contribuir a la competitividad y sustentabilidad de los sistemas de producción. Existen proyectos de ley en trámite que apuntan a la reducción de las PDA, al regular la eliminación de alimentos, por ejemplo, en supermercados, induciendo la entrega a instituciones que las necesiten. Por último, también existen iniciativas a nivel de las personas y organizaciones sin fines de lucro, entre otras, que buscan el rescate de alimentos y la utilización óptima de los productos alimenticios.
En el contexto de la pandemia por COVID-19, se han incrementado las PDA, debido a las dificultades para el transporte, venta y abastecimiento de las personas, la sobrecompra de alimentos por algunos sectores, junto a la falta de planificación para el consumo. El incremento de la pobreza, falta de trabajos y todos los problemas asociados a la pandemia, han aumentado en forma importante la inseguridad alimentaria. En este sentido las iniciativas de rescate y donación de alimentos han servido de apoyo fundamental para miles de familias vulnerables.
Otro de los problemas que se acerca es el crecimiento de la población mundial, que podría llegar a 8.500 millones de personas para el año 2030, la cual, para ser alimentada, requerirá el aumento importante en la producción de alimentos, por lo que la disminución de las PDA puede atenuar las necesidades crecientes de más alimentos.
A nivel de las personas, la educación alimentaria es fundamental para mejorar los conocimientos y habilidades de los consumidores en la planificación, selección, compra y preparación de alimentos. Además, se necesitan modificaciones importantes en los ambientes alimentarios, que permitan aumentar la disponibilidad y oferta de alimentos con carácter más saludable. En Chile, la ingesta de alimentos recomendados por las Guías Alimentarias, debido a sus aportes a la salud, como frutas, verduras, legumbres y pescados, es insuficiente. Por esto la utilización adecuada y el aprovechamiento al máximo de estos alimentos, es esencial.
La última etapa antes de que los alimentos vayan a la basura y cuando ya no pueden ser utilizados de ninguna otra forma para el consumo humano, es hacer un uso inteligente de los desechos, aplicando técnicas de compostaje, que permitan transformar los residuos orgánicos en abono para las plantas, devolviendo los nutrientes a la tierra.
Este 29 de septiembre, la conmemoración del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, tiene el lema “Toma medidas, pasa a la acción. Pon fin a la pérdida y el desperdicio de alimentos. Por las personas. Por el planeta”. De esta forma nos hace a todos responsables, de revisar qué estamos haciendo, qué podemos cambiar, donde podemos aportar y concretarlo, para contribuir a disminuir las PDA y lograr sistemas alimentarios más sustentables.
Referencias
- Acuña D, Domper A, Eguillor P, González CG, Zacarías I. (2018). Manual de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos. Corporación 5 al día - INTA Universidad de Chile - Ministerio de Agricultura, Santiago de Chile.
- Eguillor, P. (2019). Pérdida y desperdicio de alimentos en el sector agrícola: Avances y desafíos en Chile. ODEPA.
- FAO (2015). Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en América Latina y El Caribe, Boletín 2.
- Suggested citation United Nations Environment Programme (2021). Food Waste Index Report 2021. Nairobi.