Ácidos Grasos Omega-3 y Salud Cardiovascular

Ácidos Grasos Omega-3 y Salud Cardiovascular

Las enfermedades cardiovasculares son actualmente una de las principales causas de muerte en países desarrollados y en vías de desarrollo, representando el 31% de todas las muertes a nivel mundial, con casi 18 millones de fallecimientos debido a enfermedades cardiovasculares en 2016. En el caso de Chile, las estimaciones del último estudio mundial de carga de enfermedad encontraron que la principal causa de muerte en el año 2019 fue la cardiopatía isquémica, representando 10,6% del total de las muertes, seguido por el accidente cerebrovascular con el 5,7%. Asimismo, la calidad de vida de los pacientes que han sufrido un evento cardiovascular se ve disminuida de forma crónica, y las medidas de prevención secundaria (una vez que aparece el evento) suponen un alto coste para los sistemas de salud. Por ello, una de las estrategias de salud pública más relevantes debe ir dirigida a la prevención de la aparición de estas patologías, siendo una de las medidas recomendadas el mantener una dieta saludable con un consumo regular de ácidos grasos omega-3.

Los ácidos grasos omega-3 son una familia de compuestos orgánicos que se pueden encontrar de forma natural en una variedad de alimentos. El ácido alfa-linolénico (ALA) es un ácido graso omega-3 esencial, lo que significa que nuestro organismo no es capaz de producirlo endógenamente y debemos aportarlo a través de la dieta. El ALA se encuentra sobre todo en alimentos de origen vegetal, como los aceites de chía (contiene aproximadamente un 60% de ALA sobre el total de ácidos grasos del aceite), linaza (55% de ALA), albahaca (50% de ALA), sacha inchi (45% de ALA), rosa mosqueta (30% de ALA) o nuez (10% de ALA), entre otros. El ácido estearidónico (SDA) también es un ácido graso omega-3 presente en aceites de semilla vegetales como los de las plantas Echium plantagineum (10-15% de SDA del total de ácidos grasos) y Buglossoides arvensis (15-20% de SDA). Si bien el ácido estearidónico no es tan conocido en el mundo de la nutrición como otros ácidos grasos de esta familia, los estudios que se han realizado con este ácido graso apuntan a un potencial beneficio para la salud cardiovascular, ya que su tasa de conversión a ácidos grasos omega-3 de cadena más larga como el ácido eicosapentaenoico (EPA) es más alta que en el caso del ALA. Aunque estos aceites ricos en ácido estearidónico se comercializan en forma de suplementos nutricionales en algunos países, en Chile aún no se encuentran disponibles. No obstante, nuestro equipo de investigación lleva varios años trabajando con aceites ricos en SDA con fines de caracterización nutricional y de producción de nuevos lípidos bioactivos con beneficios potenciales para la salud.

Los ácidos grasos eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) son probablemente los ácidos omega-3 más conocidos, y sus propiedades beneficiosas para la prevención de enfermedades cardiovasculares son de las más reconocidas y referenciadas de entre los efectos saludables atribuibles a los ácidos grasos omega-3. Aunque EPA y DHA pueden ser sintetizados por el organismo humano a partir de ALA, la tasa de conversión es bastante reducida, por lo que sólo una fracción de todo el ALA consumido acaba transformándose en EPA y DHA. Por este motivo, se recomienda el consumo directo de ambos ácidos grasos a través de la dieta. EPA y DHA se encuentran de forma natural en alimentos de origen marino como pescados y mariscos, aunque su contenido varía considerablemente en función de la especie de la que se trate y de las condiciones ambientales y alimentarias en las que se desarrollan estos organismos. Lamentablemente, no existe mucha información accesible sobre el contenido de ácidos grasos omega-3 en pescados y mariscos consumidos en Chile. En este sentido, nuestro grupo de investigación ha publicado recientemente un par de estudios de caracterización, donde observamos que varias especies marinas superaron los 400 mg de EPA+DHA por porción de 100 g de parte comestible cruda, como la palometa, la caballa, el jurel, el rollizo, el piure y el bilagay.

En términos generales, se recomienda un consumo de EPA+DHA de 500 mg/día de forma regular para contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares en adultos sanos. En cambio, en pacientes que ya han sufrido un evento cardiovascular se debe realizar un aporte de EPA y DHA mayor a 1 g/día, lo que normalmente se consigue a través de suplementos concentrados procedentes de aceites de pescado u otras fuentes marinas (krill, microalgas, entre otros). En Chile, la recomendación de la guía alimentaria de consumir productos del mar al menos dos veces por semana no se alcanza, ya que según la última Encuesta Nacional de Salud (ENS 2016-2017), únicamente el 9,2% de los encuestados declaró cumplir con esta recomendación. Por tanto, es necesario implementar estrategias (incluyendo políticas públicas) para garantizar la disponibilidad y el acceso a productos del mar que contribuyan a la prevención de patologías cardiovasculares.

Referencias

  • GBD 2019 Diseases and Injuries Collaborators. Global burden of 369 diseases and injuries in 204 countries and territories, 1990-2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019. Lancet 2020; 396: 1204-22.
  • Subsecretaría de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud 2016-2017. Segunda entrega de resultados. Santiago, Chile 2018.
  • Rincón Cervera, M.A., González Barriga, V., Romero, J., Rojas, R., López Arana, S. (2020). Quantification and distribution of omega-3 fatty acids in South Pacific fish and shellfish species. Foods, 9, 233.
  • Rincón Cervera, M.A., González Barriga, V., Valenzuela, R., López Arana, S., Romero, J., Valenzuela, A. (2019). Profile and distribution of fatty acids in edible parts of commonly consumed marine fishes in Chile. Food Chemistry, 274, 123-129.

Galería de fotos

Últimas noticias

FAO: Se aprueba el Día Internacional de las Frutas y Verduras

En representación de Chile, el Dr. Ennio Vivaldi, Embajador de Chile en Italia, ex Rector de la Universidad de Chile y ex académico del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), presentó la propuesta en el 29º período de sesiones del Comité de Agricultura de la FAO, en Roma, informando los beneficios de salud e impacto medioambiental de la producción de frutas y verduras. La asamblea aprobó la propuesta, con conmemoración el 4 de marzo. En 2025 será presentada a la Asamblea General de las Naciones Unidas para su aprobación definitiva.

Proyecto Escuela Saludable: Estudiantes de Chiloé visitan el INTA

Un grupo de escolares del Liceo Insular de Achao, en Chiloé, visitó esta semana el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, en el marco del Programa de Envejecimiento Activo y Saludable (EAS). La visita, orientada a fortalecer el vínculo entre la investigación científica y la promoción de una vida saludable, forma parte de un proyecto mayor que busca implementar un modelo de escuela saludable y sostenible en la región, promoviendo hábitos de vida saludables desde una edad temprana.

Investigadores del TEC y el INTA unen esfuerzos contra la obesidad

Una delegación del Instituto de Investigación sobre Obesidad (IOR) del Tecnológico de Monterrey visitó el INTA de la Universidad de Chile para explorar oportunidades de cooperación científica en el ámbito de la nutrición. Durante la visita, representantes de ambas instituciones revisaron líneas de investigación para abordar los desafíos de la obesidad en Latinoamérica y acordaron avanzar en intercambios académicos y trabajo conjunto para desarrollar soluciones innovadoras que contribuyan a mejorar la salud pública en la región.