La programación neurolingüística (en adelante PNL) es un conjunto de modelos, habilidades y técnicas para pensar, hablar y actuar de forma efectiva en el mundo.
El propósito de la PNL es aumentar nuestras opciones y mejorar nuestra calidad de vida. Su nombre se basa en tres conceptos, “neuro” que se refiere a los procesos neurológicos que subyacen a nuestros comportamientos, y que también comprende nuestros pensamientos e ideas, así como nuestras respuestas fisiológicas a ellas.
El vocablo “lingüística”, hace referencia al lenguaje, el cual nos permite ordenar nuestros pensamientos y a través del cual nos comunicamos con las personas. Finalmente, la palabra “programación” se refiere a las maneras en que organizamos nuestras ideas y acciones con el fin de obtener resultados. A partir de la comprensión de estos tres vocablos podemos decir que la programación neurolingüística nos permite estructurar nuestras experiencias subjetivas, haciéndonos conscientes de cómo revisamos y filtramos el mundo exterior mediante nuestros sentidos, de cómo lo describimos a través del lenguaje y de cómo reaccionamos para producir ciertos resultados.
La programación neurolingüística tuvo sus orígenes en los años 70 y sus creadores fueron John Grinder y Richard Bandler. Los modelos iniciales de la PNL estuvieron orientados en dos direcciones, la primera fue descubrir cuáles eran los patrones de comportamiento de ciertas personas que les permitía sobresalir en algún área específica de desempeño y la segunda, cuáles eran las formas efectivas de pensar y comunicarse de estas personas sobresalientes.
Considerando estas direcciones, estudiaron las metodologías psicoterapéuticas utilizadas por tres grandes terapeutas de la época: el psiquiatra Fritz Perls, creador del enfoque terapéutico, Gestalt; Virginia Satir, trabajadora social sobresaliente en el trabajo de terapia familiar; y Milton Erickson destacado psiquiatra e hipnoterapeuta. Se preguntaron ¿Qué es precisamente lo que ellos hacen? ¿En qué se basa exactamente su éxito como terapeutas?, es decir, la intención de Grinder y Bandler fue identificar las maneras o formas terapéuticas utilizadas por estos personajes y a partir de ellas crear modelos y técnicas que fueran prácticos y que se pudieran replicar y enseñar. Fue así como tomaron estos patrones, los estructuraron y construyeron modelos y técnicas que pueden emplearse para la comunicación efectiva, el aprendizaje y el desarrollo personal, entre otras cosas.
Así como una fotografía no es la persona y una partitura no es el sonido, nuestro mapa de la realidad, no es la realidad objetiva. La percepción de nuestra realidad depende de nuestro estado emocional, de nuestros focos de atención, y nuestras creencias. Gracias a nuestra facultad del lenguaje, llegamos a crear realidades de significado y es por medio de las interacciones, conductas y creencias que construimos tales realidades, las cuales llegan a suponer nuestro bienestar o malestar según estén configurados estos elementos.
Bandler y Grinder se dieron cuenta que el lenguaje constituye uno de los componentes fundamentales a partir del cual, construimos nuestros modelos mentales del mundo y por tanto éste tiene una gran influencia en la manera en que percibimos y respondemos a él. De hecho, tanto las palabras habladas como escritas representan estructuras superficiales de estructuras más profundas y en este sentido tienen el poder de reflejar, pero también moldear dichas estructuras subyacentes. Es decir, desde la PNL el lenguaje nos sirve como medio para representar o crear modelos de nuestra experiencia subjetiva y como comunicarnos respecto de ellas. Por otra parte, nuestra programación mental y nuestro sistema nervioso se reflejan en los patrones lingüísticos que empleamos, y a la vez las estrategias sobre las que nos organizamos y nos comportamos están construidas sobre patrones verbales. Es esta bidireccionalidad la que nos permite utilizar la PNL para reorganizar y configurar de manera más amable nuestras maneras de relacionarnos con nosotros mismos y con el mundo.
El conocimiento y práctica de la PNL nos hace conscientes de cómo percibimos el mundo exterior mediante nuestros sentidos, nos permite reestructurar la información proveniente de nuestras ideas y pensamientos e identificar el lenguaje que utilizamos para describir nuestro mundo interior y exterior. El uso de sus técnicas nos permite modificar favorablemente dicha información, ampliando nuestra percepción de la realidad, lo que trae como consecuencias gestionar más favorablemente nuestras emociones, y mejorar nuestra comunicación con nosotros mismos y con las demás personas.
Referencias
- Joseph O&rsquoConnor & John Seymour. Introducción a la Programación Neurolingüística. Editorial URANO 16va edición 2012.
- Robert Dilts. El Poder de la Palabra. Editorial URANO. 2003