A tres años de Ley Etiquetado: Cambio en la composición de productos y en los hábitos de compra
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Con el nuevo etiquetado la población interpreta mejor qué tan saludable son los productos, compra menos bebidas, cereales de desayuno y postres &lsquoalto en&rsquo.
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Por su parte, la industria alimentaria ha mejorado la composición nutricional de algunas categorías de alimentos, bajando principalmente el contenido de azúcares y sodio.
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En tanto, expertos revelan que tras la implementación de la fase final de la Ley de Etiquetado que inicia este 26 de junio, los alimentos con sello llegarán al 60% de los alimentos envasados presentes en supermercados, los que en la actualidad corresponden a 52%.
A tres años del inicio de la aplicación de la Ley 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, las investigaciones de expertos y expertas del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la U. de Chile demuestran que esta iniciativa tiene el potencial de mejorar la comprensión nutricional de la población y de modificar las conductas de compra en algunas categorías de alimentos.
Análisis realizados como parte del estudio, “Evaluación de la Ley Chilena de Etiquetado y Restricción de Publicidad de los Alimentos”, muestran que en el caso de las bebidas y jugos azucarados, las compras de productos &lsquoaltos en&rsquo caen un 25%, las de cereales de desayuno 36% y las de postres envasados 17%.
“Estos análisis, que son en base a mediciones objetivas de compras en los hogares, vienen a confirmar los resultados obtenidos en un autoreporte, en los que las personas declaran comprar alimentos con menos sellos”, explica la Dra. Marcela Reyes, académica del INTA.
El impacto en la industria alimentaria
Las y los expertos también han observado que en las primeras fases, correspondientes a los años 2016 y 2018, la industria alimentaria tuvo un buen cumplimiento de la regulación, ya que casi el 95% de los productos que necesitaban sello implementaron la etiqueta.
A esto se suma que los contenidos de nutrientes críticos bajaron entre 15 y 20% en ciertas categorías de productos como bebestibles y cereales de desayuno en azúcares y calorías, horneados dulces en azúcares y grasas, lácteos y untables dulces en azúcares; en tanto, las cecinas han disminuido sodio y energía, los quesos y untables salados también han bajado sodio, y los
snacks salados en grasas.
Producto de esta disminución en el contenido de nutrientes críticos en ciertas categorías de alimentos, se ha observado que un porcentaje importante de alimentos evitaron tener sello; por ejemplo, en el caso de los bebestibles, el 60% de los productos que se esperaba fueran &lsquoAlto en azúcares&rsquo, según su composición previa a la implementación de la ley, evitó esta condición porque disminuyó tal contenido.
Los cambios que se proyectan en esta 3� fase
Desde el inicio de la discusión de la Ley 20.606 se consideró una implementación gradual en la industria de los alimentos, siendo hoy la última fase a la que deben enfrentarse y en la que entran las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES).
La ley determina que para este 2019 se debe disminuir los nutrientes críticos por cada 100 gramos o 100 ml; esto significa -en el caso de los alimentos sólidos- que la energía baja de 300 a 275 kcal, el sodio de 500 a 400 mg, los azúcares totales de 15 a 10 g y las grasas saturadas de 5 a 4 g por cada 100 gramos de alimento. Estas modificaciones proyectan que, de acuerdo al contenido de nutrientes evaluado en el 2017, alrededor de 60% de la oferta de productos envasados corresponderá a alimentos con sello.
“Según nuestros estudios realizados en preescolares de 4-6 años de la región Sur-Oriente de Santiago, los alimentos que quedarán con sellos en esta nueva etapa representan el 30% de las fuentes de calorías y el 60% de las fuentes de azúcares, muy similar a lo encontrado también en un grupo de adolescentes”, dice la Dra. Camila Corvalán, también académica del INTA y quien lidera la investigación que evalúa los cambios tras la implementación de la ley.
Disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados
Hace solo un mes, la prestigiosa revista
Cell Metabolism publicó un estudio clínico controlado randomizado realizado en EE.UU., que demostró que adultos expuestos a una dieta basada en alimentos ultraprocesados –aquéllos que contienen más aditivos para hacerlos más duraderos o listos para ser consumidos sin mayor preparación– durante dos semanas consumieron más calorías y ganaron más peso que cuando estuvieron expuestos a una dieta con la misma composición de energía y de nutrientes, pero derivados de alimentos no procesados, demostrando por primera vez que el consumo de alimentos ultraprocesados desregularía los circuitos de saciedad, promoviendo el exceso de consumo de alimentos. Estos resultados son especialmente relevantes para nuestro país, dado que la Organización Panamericana de la Salud reportó que la venta de estos alimentos aumentó en forma importante entre los años 2000-2010 en Chile.
La Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos (ENCA) demostró que en el año 2010 el 30% de las calorías consumidas por los adultos chilenos venían de este tipo de alimentos, llegando casi a 40% en el caso de los menores de 18 años. “Los análisis secundarios que hicimos de la ENCA, en conjunto con investigadores de la Universidad de Sao Paulo, revelaron que los productos ultraprocesados dan cuenta de un porcentaje importante del incumplimiento de recomendaciones internacionales en nuestra población (entre 30-40% en el caso de grasas y azúcares libres)”, dice la Dra. Corvalán.
Esta ley justamente intenta apoyar a la población en disminuir el consumo de estos alimentos a través de mejorar la información nutricional con el uso de una etiqueta de advertencia, restringiendo la promoción de éstos a niños menores de 14 años y también su venta en escuelas (o entrega como parte del programa de alimentación escolar).
Los expertos dedicados a investigar sobre los efectos de la ley, compuesto por académicos de la Universidad de Chile, Universidad Diego Portales, Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.), afirman que para evaluar el efecto que tendrá la implementación total de la ley, especialmente en indicadores, se requiere más tiempo de exposición para presentar cambios, como son la dieta y adiposidad en la población chilena.