[ESPECIAL] 29 de septiembre: Día internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

[ESPECIAL] 29 de septiembre: Día internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

En este día se hace un llamado tanto al mundo público como privado a priorizar la innovación en la reducción de pérdidas y desperdicios alimenticios. El objetivo principal es conseguir sistemas de alimentación con una gran resiliencia.

La celebración de esta fecha fue fijada el 2019 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, apuntando a que podría contribuir considerablemente a sensibilizar sobre la importancia de este problema. Asimismo, a relevar la búsqueda de sus posibles soluciones en todos los planos y a promover esfuerzos mundiales y colectivos. Esto con miras al cumplimiento de la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, la cual se refiere a la Producción y Consumo Responsable que considera las pérdidas y desperdicios mundiales de alimentos.

La FAO ha informado que un porcentaje inaceptablemente elevado de alimentos se pierde a lo largo de la cadena de suministro, antes incluso de que llegue al consumidor, alcanzando a nivel mundial un 13,8%. En consecuencia se fijó una meta de aquí al 2030, la cual es reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita -correspondiente a la venta al por menor y a nivel de los consumidores-, e igualmente disminuir las pérdidas de alimentos – que corresponden a las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha-.

Este 2021 es el segundo año de celebración en el contexto COVID-19, lo cual ha resultado que esta meta sea aún más desafiante, pues la pandemia ha causado un aumento de los desperdicios y pérdidas de alimentos. Ello se debe a las múltiples restricciones que los países han implementado, y a las medidas que han debido tomar las familias en sus hogares.

Ante esta realidad, es fundamental aprovechar los procesos culturales y tecnológicos para prevenir la pérdida y desperdicio, aprovechando hasta el último recurso usado en la cadena alimenticia.

Entre los aportes que hoy podemos realizar están: implementar aplicaciones digitales para el monitoreo de puntos críticos en todas las etapas de la alimentación; generar alianzas entre los distintos actores que, mediante la innovación, den mejor uso a todos los recursos invertidos; y re-significar lo descartado y obsoleto para transformar lo que está destinado a desecharse en un nuevo recurso.


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