“Poco importa eso si nosotros no educamos a nuestros hijos en comer sano”. La afirmación de @AmelindaEstay en twitter refleja, como nada, la magnitud del problema: casi un tercio de los niños de las escuelas básicas del país son obesos. La implementación de la Ley 20.606, mal llamada “Ley Superocho”, es una oportunidad para que todos, padres y apoderados, empresas y academia, cada uno desde su ámbito de acción, contribuyamos a la solución de un problema que puede hipotecar la salud y el futuro del país. Desde su nacimiento, hace ya 40 años, el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos Doctor Fernando Monckeberg Barros de la Universidad de Chile, ha colaborado con los organismos nacionales e internacionales en la definición e implementación de políticas públicas y programas relacionados con la nutrición y alimentación de la población de Chile y la región de América Latina. En este sentido el INTA, a través de su Dirección de Asistencia Técnica, presta distintos servicios a la industria alimentaria, pequeñas y grandes empresas, con el único objetivo de colaborar en el desarrollo, formulación y/o reformulación de productos más sanos y saludables. Entre estos servicios están los estudios de productos, lo que requiere protocolos de investigación que aportan la base científica para un mejor desarrollo de los mismos. Además, se realizan análisis de alimentos, al igual que cualquier otro laboratorio de servicios, que analizan muestras específicas, las que son proporcionadas por los clientes bajo su responsabilidad. También hay “certificación de productos”, lo que implica revisión de rotulado, formulación, análisis completo de su composición, visita a la planta elaboradora y un chequeo mensual de sus características de composición. La evidencia científica disponible indica que la población ha ido disminuyendo el consumo de los alimentos saludables, prefiriendo productos de escaso valor nutritivo, cuyo consumo excesivo puede conducir al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a la nutrición y comprometer el desarrollo cognitivo y la salud mental de las personas en todo el ciclo vital. Este complejo escenario hace necesario enfrentar en profundidad el tema alimentos, especialmente el de los procesados, por su directo impacto en la salud y calidad de vida de los chilenos.