Microbiota intestinal en personas mayores: Su relación con autonomía y salud

Microbiota intestinal y su relación con la salud de personas mayores

La pérdida de la autonomía en las personas mayores es un proceso complejo que puede acelerarse por la presencia de diversas patologías, entre ellas la demencia y la sarcopenia. La demencia, es un trastorno neurodegenerativo que compromete las funciones cognitivas y la memoria, lo que dificulta la capacidad de realizar tareas diarias de forma independiente. Por otro lado, la sarcopenia, es una disminución progresiva de la masa y fuerza muscular, que afecta la movilidad y la capacidad para realizar actividades físicas. Ambas patologías impactan negativamente en la calidad de vida de los adultos mayores, generando dependencia de cuidadores y una reducción en la participación social. En Chile, el 36% de la población sobre los 60 años manifiesta algún grado de dependencia como consecuencia del deterioro de la capacidad mental, mientras que la sarcopenia tiene una prevalencia estimada de 19% en personas entre 60 a 70 años y de 39% en personas mayores de 80 años. Es fundamental promover nuevas estrategias de prevención y tratamiento para estas patologías, que se acompañen al apoyo emocional, la rehabilitación física y la estimulación cognitiva, todos necesarios para preservar la autonomía y mejorar el bienestar de esta población vulnerable.

La microbiota intestinal corresponde a la comunidad de microorganismos que habitan en nuestro tracto gastrointestinal. Estos microorganismos, principalmente bacterias, desempeñan un papel crucial en nuestra salud, ya que participan en la digestión de alimentos, la síntesis de vitaminas y la protección contra patógenos. Además, la microbiota intestinal ha demostrado ser un objetivo terapéutico prometedor en diversas enfermedades. La capacidad de modular la composición y la función de la microbiota ofrece nuevas oportunidades para el tratamiento de trastornos como la obesidad, la diabetes y las enfermedades inflamatorias del intestino. En el contexto de los adultos mayores, se ha observado una alteración en la composición y diversidad de la microbiota intestinal, fenómeno conocido como disbiosis. Esta disbiosis está asociada directamente con el envejecimiento y podría promover el desarrollo de enfermedades asociadas a la edad, como la demencia y la sarcopenia. Distintos estudios han encontrado diferencias en la microbiota intestinal de individuos con demencia en comparación con individuos sanos, sugiriendo que la disbiosis podría ser un factor de riesgo o contribuir al desarrollo de la demencia. De manera similar, la sarcopenia en los adultos mayores también se ha relacionado con alteraciones en la microbiota intestinal, lo que sugiere una posible interacción entre la disbiosis y la pérdida de masa muscular.

Desde hace algunos años hay evidencia de la existencia de los ejes intestino-cerebro e intestino-músculo, que son dos sistemas de comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro/músculo, respectivamente, que desempeñan un papel importante en la salud y el desarrollo de enfermedades. En el caso del eje intestino-cerebro, existe una comunicación constante entre la microbiota intestinal y el sistema nervioso central a través de vías neuronales, endocrinas e inmunológicas. La microbiota intestinal produce una variedad de metabolitos y compuestos bioactivos que pueden influir en la función cerebral y la salud cognitiva. En el desarrollo de la demencia, se ha observado que la disbiosis y la alteración de la barrera intestinal pueden conducir a la liberación de sustancias inflamatorias y neurotóxicas, que pueden promover la inflamación y el estrés oxidativo en el cerebro y contribuir al desarrollo y progresión de la enfermedad. Por otro lado, el eje intestino-músculo implica la comunicación entre la microbiota intestinal y el sistema muscular. La microbiota intestinal puede influir en la composición y función de los músculos a través de la producción de metabolitos y la modulación del sistema inmunológico. En el caso de la sarcopenia, se ha observado que la disbiosis y la alteración de la barrera intestinal también pueden contribuir a la inflamación crónica e inhibir el anabolismo muscular, lo que lleva a la pérdida de masa magra y fuerza.

La microbiota intestinal puede ser modificada mediante diversas estrategias que incluyen el uso de prebióticos, probióticos, postbióticos y el trasplante de microbiota intestinal. Los prebióticos son compuestos no digeribles que estimulan selectivamente el crecimiento y la actividad de ciertas bacterias beneficiosas en el intestino. Estos compuestos se encuentran en alimentos como los cereales integrales, frutas y verduras, y promueven el equilibrio de la microbiota intestinal. Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud. Estos microorganismos pueden incluir ciertas cepas de bacterias y levaduras, y se encuentran en alimentos fermentados y suplementos dietéticos. Los probióticos pueden ayudar a restablecer el equilibrio de la microbiota y promover una función intestinal saludable. Los postbióticos son los productos metabólicos de la fermentación bacteriana en el intestino. Estos compuestos incluyen ácidos grasos de cadena corta, vitaminas, enzimas y metabolitos bioactivos que tienen efectos beneficiosos en la salud. Algunos postbióticos se pueden administrar directamente como suplementos para promover la salud intestinal. El trasplante de microbiota intestinal implica la transferencia de microbiota fecal de un donante sano a un receptor con una microbiota alterada. Esta estrategia se ha utilizado con éxito en el tratamiento de la diarrea crónica inducida por Clostridium difficile, una infección bacteriana intestinal resistente a los antibióticos que afecta principalmente a adultos mayores. El trasplante de microbiota restaura la diversidad y el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que ayuda a combatir la infección y restablecer la salud intestinal.

En conclusión, la modulación de la microbiota intestinal ofrece un prometedor campo de investigación para el manejo de patologías que afectan a los adultos mayores. Las estrategias como prebióticos, probióticos, postbióticos y el trasplante de microbiota intestinal tienen el potencial de restaurar el equilibrio y la diversidad de la microbiota, lo que podría influir positivamente en la salud y autonomía de las personas mayores. Estas intervenciones terapéuticas podrían ayudar a prevenir o tratar enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la demencia y la sarcopenia, mejorando así la calidad de vida de esta población. Sin embargo, se requiere una mayor investigación para comprender mejor los mecanismos subyacentes, la eficacia y los posibles efectos secundarios, con el fin de desarrollar enfoques personalizados y seguros para el manejo de estas patologías en las personas mayores.

Referencias

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