Obesidad en niños y adolescentes: sus efectos más allá de la salud física

Obesidad en niños y adolescentes

Uno de los principales desafíos sanitarios en el mundo del siglo XXI es combatir la obesidad infantil. Esta constituye una inmensa carga para quienes la padecen, sus familias, la sociedad y la economía. La obesidad en el niño se asocia al desarrollo temprano de enfermedades cardio-metabólicas, hepáticas, renales y varios tipos de cánceres, reduciendo notablemente la esperanza de vida y el bienestar de las personas.

En Chile, la prevalencia de obesidad infantil se cuadruplicó entre los años 80 y 90, llegando en la actualidad a cifras que superan el 30%, especialmente en los niveles socioeconómicos más vulnerables. La dieta alta en grasa saturada y azúcares y el sedentarismo son fuertes determinantes de esta tendencia en la población infanto-juvenil.

Estudios nacionales e internacionales muestran al síndrome metabólico como la condición subyacente a la asociación de la obesidad infantil con el mayor riesgo de presentar las enfermedades antes señaladas en la vida adulta. Más de la mitad de los niños obesos presenta uno o más de los factores de riesgo cardiometabólicos que forman parte de este síndrome: presión arterial elevada, dislipidemia, intolerancia a la glucosa, hígado graso no alcohólico e inflamación crónica, entre otros.

Efectos en el rendimiento académico

En el caso de los niños y adolescentes, los efectos de la obesidad se manifiestan mucho más allá de la salud física. Por ejemplo, cada vez hay más evidencia científica que muestra las consecuencias negativas de la obesidad, la dieta occidental y el sedentarismo en el rendimiento académico.

El impacto de la obesidad y de los estilos de vida sobre el funcionamiento cerebral ha captado la atención de la comunidad científica, que ha desarrollado investigación básica y aplicada para llegar a comprender esta relación. Ahora, es bien sabido que la obesidad y sus factores de riesgo afectan estructuras cerebrales fundamentales encargadas de funciones como la memoria, el aprendizaje y el control ejecutivo. Este último, quizás es menos conocido, pero resulta esencial para un buen desempeño cognitivo y conductual en la sala de clases.

En Chile, esta relación ha sido explorada extensamente en los participantes del Estudio Longitudinal de Santiago, una de las muchas cohortes que alberga el INTA y que ya acumula 28 años de seguimiento.

Cuando los participantes eran adolescentes, observamos que niveles elevados de leptina –hormona cuya síntesis es anormalmente elevada cuando hay acumulación excesiva de grasa corporal-, se asoció a menores notas a lo largo de toda la enseñanza media [1] y eventualmente a una menor probabilidad de obtener en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) un puntaje que permitiera postular al sistema universitario chileno (450 puntos). Otros marcadores de obesidad, como el IMC, el perímetro de cintura y el tejido graso aumentado, también se relacionaron con menores notas escolares, siendo el efecto más pronunciado en los participantes hombres [2]

En este mismo grupo de jóvenes, encontramos una relación positiva entre la calidad de la dieta y la nota promedio al egresar de la enseñanza media, independiente del estado nutricional, el sexo y el nivel educativo de ambos padres. Estos resultados se confirmaron también en relación al rendimiento en la PSU de Matemáticas y Lenguaje [3].

Otros aspectos relativos al desempeño académico también se ven afectados por la calidad nutricional de la dieta. Por ejemplo, la calidad de la colación se relacionó positivamente con la propensión a concluir la enseñanza media y a rendir las pruebas de acceso a la universidad [4].

Otros estudios nacionales en escolares de enseñanza básica y media coinciden en que los niños que consumen colaciones poco saludables tienen menor rendimiento en las pruebas SIMCE de matemáticas y lenguaje, comparados con los niños que consumen colaciones saludables, independiente del sexo, nivel socioeconómico, estado nutricional y nivel de excelencia del colegio [5].

Por otro lado, estudios nacionales e internacionales muestran que la falta de ejercicio físico no sólo aumenta el riesgo de obesidad y alteraciones cardiometabólicas, sino que también deteriora el rendimiento académico.

Investigaciones realizadas en Chile muestran que los estudiantes de 4° y 8° básico que practican ejercicio programado al menos 4 horas/semana duplicaban la probabilidad de un rendimiento avanzado en las pruebas SIMCE de lenguaje, matemáticas y ciencias naturales, comparado con estudiantes que destinan sólo 1,5 horas/semana a este tipo de actividad física [6,7]. En todos estos estudios, la relación entre rendimiento escolar y ejercicio es independiente del estado nutricional, sexo, tipo de colegio y nivel socioeconómico.

Desatender la urgente necesidad de asegurar, no solo una dieta saludable sino también el ejercicio físico diario al interior del sistema escolar, es una ventana de oportunidades que se cierra para disminuir la prevalencia de obesidad y sobrepeso y, asimismo, para resguardar la expresión óptima de las capacidades cognitivas y académicas de los escolares chilenos, especialmente en los grupos socialmente más vulnerables.

Referencias

  1. Leptin status in adolescence is associated with academic performance in high school: a cross-sectional study in a Chilean birth cohort. BMJ Open. 2016; 6(10):e010972
  2. Increased Adiposity as a Potential Risk Factor for Lower Academic Performance: A Cross-Sectional Study in Chilean Adolescents from Low-to-Middle Socioeconomic Background. Nutrients 2018; Nutrients. 2018; 10(9). pii: E1133. doi: 10.3390/nu10091133.
  3. Nutritional quality of diet and academic performance in Chilean students. Bull World Health Organ. 2016; 94(3): 185-92.
  4. Snacking quality and academic achievement: Association in high school students from Santiago, Chile. Nutrients 2017; 9(5). pii: E433. doi: 10.3390/nu9050433
  5. The relationship between unhealthy snacking at school and academic outcomes: a population study in Chilean schoolchildren. Public Health Nutr 2015; 18(11): 2022-30.
  6. Scheduled physical activity is associated with better academic performance in Chilean school-age children. J Phys Act Health. 2014; 11(8): 1600-6.
  7. Physically active Chilean school kids perform better in language and mathematics. Health Promot Intl 2017; 32(2): 241-9.

Galería de fotos

Últimas noticias

Colaboración internacional

Investigadora Karen Fuenzalida realiza pasantía en el Hospital de Roma

La investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile, Karen Fuenzalida, realizó una estadía de investigación en el laboratorio del Hospital Pediátrico Bambino Gesù ubicado en Roma - Italia con la finalidad de desarrollar un proyecto que aplica la metabolómica e inteligencia artificial para mejorar el seguimiento de pacientes afectados por errores innatos del metabolismo.

Encuentro de Participantes CIAPEC

Actividad CIAPEC convocó a más de 400 personas en el INTA

El pasado sábado 13 de abril se desarrolló el Encuentro de Participantes CIAPEC 2024, actividad de extensión y vinculación con el medio que contó con el apoyo d la Dirección de Extensión y Comunicaciones DEXCOM del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, que reunió a 125 participantes de las diversas cohortes de estudio de CIAPEC y a sus familias.

Revista Obesity publica estudio liderado por INTA

La revista científica publicó una investigación dirigida por investigadores del Laboratorio de Sueño y Neurobiología Funcional del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile, que relaciona la Sensibilidad neurocognitiva en la adolescencia con el incremento del índice de Masa Corporal (IMC) en la adultez [DOI: 10.1002/oby.23978].