Estudio muestra que la ley de etiquetados está cambiando las percepciones de los alimentos, las normas y los comportamientos
Las regulaciones alimentarias dirigidas a reducir la obesidad tienen un impacto positivo en aquellas personas que tienen más probabilidades de comprar los alimentos familiares: las madres de escolares.
Un estudio realizado en conjunto por investigadores de la Universidad Diego Portales, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), de la Universidad de Chile y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) mostró que las madres chilenas entendieron y percibieron los beneficios de las nuevas políticas del país destinadas a combatir la obesidad infantil, lo que influyó en sus hábitos de consumo.
El documento, "Respuestas a la ley chilena de etiquetado y publicidad de los alimentos: Exploración de conocimientos, percepciones y comportamientos de madres chilenas", se publicó el 14 febrero 2019 en la
Revista Internacional de Comportamiento Nutricional y Actividad Física (International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity).
“Este estudio demostró la importancia de abordar la obesidad con un conjunto de diferentes estrategias, ya que descubrimos que se refuerzan entre sí”, declaró la autora principal del estudio,
Teresa Correa, PhD, académica de la Facultad de Comunicación, Universidad Diego Portales. “Muchas madres perciben un cambio cultural hacia una alimentación más saludable, ya que recibieron mensajes de los medios de comunicación y de los colegios. También describieron que sus hijos pidieron alimentos más saludables y que usaron los sellos &lsquoalto en&rsquo para distinguir fácilmente los alimentos más saludables de los menos saludables. Como resultado, muchas madres dijeron que han cambiado los alimentos que compran para sus hijos”.
En Chile, el índice de masa corporal (IMC) ha aumentado y los factores de riesgo relacionados con la dieta son las causas principales de muerte; además, una cuarta parte de los niños en edad escolar y un tercio de la población adulta son obesos. En 2016, para lograr mejores resultados de salud, el gobierno de Chile adoptó políticas integrales de regulación de alimentos a través de un enfoque triple: etiquetado frontal del paquete (FOP), restricciones de marketing a niños y regulación de entornos escolares. Las políticas establecen que los alimentos ricos en azúcar agregada, grasas saturadas, calorías y sodio añadido deben mostrar una etiqueta de &lsquoalto en&rsquo en el paquete, que no se puede vender ni promocionar en las escuelas, no se pueden publicitar en medios de comunicación dirigidos a niños, ni pueden incluir estrategias de marketing que atraigan a los niños, como el uso de personajes, juguetes o celebridades.
El equipo de investigadores examinó el impacto de la regulación centrándose en las percepciones de las madres chilenas sobre la ley y las influencias en sus hábitos de compra. En Chile, las madres son clave, ya que son las principales responsables de las decisiones de compra de alimentos y sirven como guardianes de la disponibilidad de alimentos en el hogar. En 2017, un año después del anuncio de las normas, el equipo llevó a cabo nueve focus groups en Santiago, cada uno con 7 a 10 madres de niños en edades de 2 a 14 años. En total, se entrevistaron 84 madres.
A este estudio le seguirán evaluaciones de las compras de alimentos de los hogares y cambios en la comercialización de alimentos.
Los hallazgos del estudio fueron positivos. Todas las madres de los grupos de discusión comprendieron que las nuevas regulaciones de etiquetado se promulgaron para combatir la obesidad infantil y reconocieron que los productos con la mayor cantidad de etiquetas eran opciones menos saludables.
Las madres informaron que el cambio en los colegios a comidas más saludables tuvo mayor impacto en sus hijos pequeños que en los adolescentes. También percibieron que el entorno escolar era más saludable que antes. Las madres también encontraron que era confusa la inclusión por parte de la industria de sus propias etiquetas adicionales en el empaque.
La Dra.
Camila Corvalán, PhD, directora del Centro de Investigación de Ambientes alimentarios y Prevención de obesidad y Enfermedades Crónicas (CIAPEC) de la Unidad de Nutrición Pública, Instituto de Nutrición y Tecnología Alimentaria (INTA), Universidad de Chile y autora de correspondencia de este artículo dijo: “Este estudio proporciona información muy relevante para los esfuerzos contra la prevención de la obesidad a nivel mundial. Encontramos que las madres de diferentes niveles socioeconómicos están respondiendo positivamente a un conjunto de acciones regulatorias en Chile. Pero también vemos que la forma en que perciben los diferentes aspectos de la regulación resalta la complejidad de la epidemia de obesidad y la necesidad de integrar y sostener acciones para ampliar el alcance y efectividad de los esfuerzos de prevención”.
Marcela Reyes, PhD, CIAPEC, INTA, coautora del trabajo, afirmó: “Nuestros resultados muestran que es fundamental que los sellos de advertencia sean sencillos. Al ser tan fáciles de ver y comprender, incluso los niños más pequeños entienden su significado, induciendo a sus padres a optar por opciones más saludables”.
Lindsey Smith Taillie, PhD, investigadora de UNC, también coautora de este documento declaró: “La ley de Chile sobre etiquetado y marketing fue la primera de su tipo en todo el mundo. Muchos países están siguiendo el ejemplo de Chile y han introducido etiquetas de advertencia similares en el frente de los paquetes de alimentos y bebidas no saludables. Este estudio muestra que las regulaciones realmente cambian la forma en que las madres piensan y compran alimentos para sus hijos. Quizás lo más importante es que los niños son los impulsores clave para cambiar las normas sociales y los comportamientos después de la ley".
Barry Popkin, PhD, profesor distinguido de nutrición de UNC e investigador sénior del proyecto de evaluación de la ley chilena de alimentos, destacó el impacto mundial del trabajo de Correa y de sus colegas. "Este estudio y otros que seguirán", dijo Popkin, "sugieren que este conjunto de regulaciones representa el primer conjunto potencial de políticas que pueden cambiar las normas de los alimentos y hacer frente a las dietas de baja calidad que afectan cada vez más a los niños a nivel mundial".