Actividad Física en Vacaciones de Invierno

Actividad Física en Vacaciones de Invierno

Por Johana Soto-Sánchez, Profesora Asistente, Departamento de Ciencias de la Actividad Física, Universidad de Playa Ancha; y Juliana Kain, Profesora Asociada, Unidad de Nutrición Pública, INTA – U. de Chile

En el momento de pensar qué pueden hacer nuestros niños, niñas y adolescentes durante sus vacaciones de invierno, surgen muchas ideas y panoramas; sin embargo, muchos de éstos están supeditados por las circunstancias actuales. Por tanto, muchas de nuestras ideas dependen de la fase del paso a paso en la que nos encontremos y nuestro lugar de residencia.

Sin embargo, una de las opciones más interesantes es aumentar el tiempo destinado a realizar actividad física, la cual podría ser definida como movimientos corporales que generan aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria. Por consiguiente, aumentan nuestro gasto energético y de forma positiva nos sacan del comportamiento sedentario, el cual es reconocido como toda acción que se realiza estando despierto(a) que involucra acciones posturales como estar sentado(a), acostado(a) y reclinado(a) y cuyo gasto energético es ?1,5 MET�s (unidades metabólicas). Aquella es la situación que nuestros niños, niñas y adolescentes mantienen durante la jornada escolar. Actualmente, es reconocido el hecho que mantener este comportamiento de forma periódica se convierte en una conducta sedentaria, siendo ambas situaciones vinculadas de forma negativa con la salud cardiovascular, metabólica y cognitiva1, impactando además de forma negativa en aspectos emocionales de la población escolar2.

Frente a lo anterior, la OMS en el año 20203 lanzó una nueva forma de mirar el volvernos activos y nos señala que cada minuto cuenta. Cada acción muscular que realicemos tendrá un beneficio positivo, e insta a los padres, madres y tutores legales a contribuir en la disminución del tiempo que la población infantil se mantiene en comportamiento sedentario, induciendo los reconocidos quiebres del comportamiento sedentario. De esta forma, una recomendación está relacionada con el hecho de evitar mantenerse más de 60 minutos sentados, reclinados o acostados mientras estemos despiertos.

Además, la OMS desde el 20104, nos insta a incentivar a niños, niñas y adolescentes a moverse a intensidades de moderada a vigorosa; es decir, todas aquellas acciones corporales que los(as) hagan respirar más rápido de lo normal e idealmente realizar al menos 60 minutos diarios de este tipo de movimientos corporales los que no necesariamente deben ser sólo en un espacio de tiempo, sino más bien, son acumulativos a lo largo del día. Por tanto, cada semana debieran realizar 420 minutos de actividad física de moderada a vigorosa.  

 ¿Cómo incentivar a que se muevan?

Las respuestas siempre son diversas y están relacionadas con las preferencias y gustos de los niños, niñas y adolescentes; aunque sin duda alguna, cuando son pequeños, el jugar con los padres, hermanos o amigos los motiva e incentiva. En la niñez y pubertad se propone el andar en bicicleta, patinar, andar en skate, saltar la cuerda, realizar trekking en familia, junto con explorar los deportes. En la adolescencia se proponen todas las actividades previamente mencionadas, incluyéndo además explorar nuevas disciplinas como slackline, parkour, acrobacias con telas, acrobacias del circo o pole dance, las cuales les resultan realmente interesantes y les motiva moverse. El hecho que los menores de edad sean activos, sin duda alguna, siempre depende de la estimulación y oportunidades que se den desde la primera infancia en el seno del hogar. En este sentido, la OMS el 20195 propuso que desde que son recién nacidos, hasta el año de vida, debieran realizar acciones motrices durante al menos 30 minutos diarios. Por ejemplo, se incentiva que los padres y madres los coloquen mirando al suelo, para que estimulen sus brazos al intentar levantarse. Entre los 2 a 3 años se recomienda que se muevan sin importar a qué intensidad, donde todas aquellas acciones vinculadas con descubrir el mundo, jugar con balones, globos o telas de diferentes texturas contribuyen a realizar contracción muscular. Finalmente, la OMS propuso que entre los 3 y 4 años  se mantengan 180 minutos de actividad física, y que al menos 60 de ellos debieran apuntar hacia una intensidad de modera a vigorosa.

Las vacaciones son una oportunidad única de movimiento, lograr ser activos y reducir el comportamiento sedentario de niños, niñas y adolescentes. Los beneficios de lo anterior son indudables, y contribuyen en todos sus aspectos, en especial en la salud mental, cardiovascular, metabólica, así como el crecimiento corporal, ya que cada vez que trabajan los músculos, éstos traccionan al hueso generando estímulos osteotróficos. Por lo tanto, la gran premisa del “Mens sana in corpore sano”, sigue siendo totalmente actual y aplicable a la población infantil.

�Vamos por más tiempo jugando que sentados!

Referencias

  1. Tambalis, K. D., Panagiotakos, D. B., Psarra, G., Daskalakis, S., Kavouras, S. A., Geladas, N., � Sidossis, L. S. (2016). Physical fitness normative values for 6–18-year-old Greek boys and girls, using the empirical distribution and the lambda, mu, and sigma statistical method. European Journal of Sport Science, 16(6), 736–746. https://doi.org/10.1080/17461391.2015.1088577
  • Rodriguez-Ayllon, M., Cadenas-Sánchez, C., Estévez-López, F., Muñoz, N. E., Mora-Gonzalez, J., Migueles, J. H., � Esteban-Cornejo, I. (2019). Role of Physical Activity and Sedentary Behavior in the Mental Health of Preschoolers, Children and Adolescents: A Systematic Review and Meta-Analysis. Sports Medicine, 49(9), 1383–1410. https://doi.org/10.1007/s40279-019-01099-5

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