Nutrición durante el embarazo

Nutrición durante el embarazo

Los hábitos de vida saludables que abarcan desde la preconcepción hasta el posparto se consideran una estrategia fundamental para lograr embarazos exitosos y para la prevención de enfermedades. Entre las prioridades preconcepcionales establecidas por la Organización Mundial de la Salud se encuentran la alimentación y nutrición saludables, el control del peso materno, la actividad física y el embarazo planificado, así como la salud física, mental y psicosocial. 

Una nutrición adecuada durante estos períodos sensibles del desarrollo establece una base saludable para el crecimiento y desarrollo posterior del bebé y se asocia con un menor riesgo de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas. Por el contrario, la obesidad materna pregestacional aumenta los riesgos de resultados perinatales adversos, incluida la diabetes gestacional, los recién nacidos grandes para la edad gestacional o la preeclampsia. En el Observatorio Chileno de Nutrición Materno-Infantil (CHIMINO) que llevamos a cabo en las cohortes CIAPEC-INTA (www.ciapec.cl), llevamos más de una década realizando seguimientos longitudinales de embarazadas y sus hijos. Lo que hemos observado es que dos de cada tres mujeres inician su embarazo con exceso de peso y una de cada cinco desarrolla diabetes gestacional y sus hijos presentan altas prevalencias de macrosomía y adiposidad al nacer. Es por ello que las mujeres que planifican un embarazo, deben lograr alcanzar un peso normal al momento de embarazarse. Asimismo, el aumento de peso durante el embarazo debe ser adecuado y de acuerdo a su estado nutricional. 

Durante el embarazo, las necesidades nutricionales aumentan debido a los cambios fisiológicos maternos y por una mayor demanda del embrión en desarrollo. Las recomendaciones actuales se enfocan en la importancia de consumir dietas variadas ricas en nutrientes, con énfasis en el consumo de alimentos ricos en hierro y zinc, como las carnes, mariscos, legumbres, cereales integrales y verduras de hoja verde. Se recomienda consumir pescados dos veces por semana, dando preferencia a jurel, salmón, sardina, atún o merluza. Por otro lado, el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, con alto contenido de azúcares agregados, grasas saturadas y sodio puede interferir con la capacidad para cumplir con las recomendaciones del grupo de alimentos; por lo tanto, el consumo de estos alimentos debe ser limitado. Además, es importante la realización de actividad física moderada durante el embarazo porque mejora el tono y la función muscular.

Se recomienda evitar el consumo de carnes, pescados, aves y huevos crudos o parcialmente cocinados, así como productos lácteos no pasteurizados, carnes procesadas, paté, embutidos, quesos blandos y pescados ahumados. Esto es debido a que su consumo puede conllevar mayor riesgo de contraer algunas enfermedades infecciosas, como la listeriosis, brucelosis y toxoplasmosis. También se recomienda evitar el consumo de pescados con alto contenido de mercurio, como tiburón, pez espada, blanquillo y jurel. Se debe suspender el consumo de alcohol y minimizar el consumo de café con cafeína u otras bebidas que la contengan. Es posible el uso de edulcorantes, como sucralosa, aspartame y estevia pero evitando la sacarina y el ciclamato. 

En relación a la ingesta calórica, durante el embarazo existe un incremento del gasto energético por el aumento del metabolismo materno y fetal, y también por el crecimiento fetal y placentario, que ocurren principalmente durante el segundo y tercer trimestres. En un embarazo normal y en una mujer de peso pre-gestacional normal, no se recomienda una mayor ingesta calórica durante el primer trimestre, pero se debe aumentar el aporte calórico en 350 y 450 Kcal/día durante el segundo y tercer trimestres, respectivamente. Pero los requisitos de energía varían significativamente según la edad, su estado nutricional y el nivel de actividad de la mujer. Por lo tanto, la ingesta calórica podría individualizarse en función de estos factores.

En relación al aporte de macronutrientes, la embarazada debe ingerir 0,8 g/Kg/día de proteínas, lo que es equivalentes a aproximadamente 71 gramos por día, así como 175 gramos de carbohidratos. La ingesta total de grasas debe comprender el 20-35% de las calorías diarias, similar a las mujeres no embarazadas. 

En relación a los micronutrientes, los suplementos de hierro se han recomendado de forma rutinaria durante el embarazo porque las necesidades de hierro casi se duplican durante el embarazo y no son cubiertas completamente con la ingesta de una dieta normal. Los alimentos ricos en hierro incluyen carnes rojas, cerdo, pescado y huevos. Se debe aportar 30 a 60 mg por día de hierro elemental, en forma de sales ferrosas como fumarato, gluconato, o sulfato desde las 16 semanas de gestación en adelante. La recomendación de aporte de calcio es de 1000 mg al día en mujeres de 19 a 50 años de edad y de 1300 mg al día en jóvenes de 14 a 18 años, siendo la misma recomendación para mujeres embarazadas y nodrizas (equivalente a 4 a 5 lácteos diarios). En relación al ácido fólico, se recomienda que la mujer tome un suplemento de ácido fólico (0,4-0,8 mg por día) 3 meses antes y hasta 12 semanas después de la concepción para prevenir el riesgo de defectos del tubo neural. 

Actualmente existe una mayor prevalencia de deficiencia de vitamina D (por la menor exposición solar). Sin embargo hasta el momento, no se recomienda chequear los niveles de vitamina D en la embarazada, exceptuando mujeres con riesgo de deficiencia (vegetarianas, las que viven en climas fríos o las mujeres con piel más oscura). Si se descubre una deficiencia de vitamina D durante el embarazo, se pueden administrar suplementos (1000-2000 UI por día).

No se recomienda la suplementación de multivitamínicos. Sólo en aquellas mujeres que no consumen una dieta adecuada se puede recomendar en el segundo trimestre la suplementación diaria con vitaminas y minerales. Es importante revisar que los suplementos no sean combinados con la vitamina A, por su potencial efecto teratogénico. 

Existen embarazos con condiciones especiales que debieran mantener una supervisión nutricional estricta. Es el caso de las mujeres con gestaciones múltiples, vegetarianas, (principalmente veganas), que tienen antecedente de cirugía bariátrica o aquellas con trastornos alimentarios. En ellas se recomienda la asesoría de un profesional para la adecuación de la dieta y evaluación de la necesidad de mayor aporte energético o suplementación con vitaminas y/o minerales, dado que estas mujeres pueden presentar deficiencia de algunos aminoácidos, hierro, vitamina B12, vitamina D y calcio. 

Referencias

  1. Organización Mundial de la Salud (OMS). Recomendaciones de la OMS sobre atención prenatal para una experiencia positiva del embarazo, Ginebra, Suiza: OMS; 2016. 
  2. Ventura, A. K., Phelan, S., & Silva Garcia, K. (2021). Maternal Diet During Pregnancy and Lactation and Child Food Preferences, Dietary Patterns, and Weight Outcomes: a Review of Recent Research. Current Nutrition Reports.doi:10.1007/s13668-021-00366-0 
  3. Mate, A., Reyes-Goya, C., Santana-Garrido, A., Vázquez, A. (2020). Lifestyle, Maternal Nutrition and Healthy Pregnancy. Volume 19, Issue 2, 
  4. Kominiarek MA, Rajan P. Nutrition Recommendations in Pregnancy and Lactation. Med Clin North Am. 2016 Nov;100(6):1199-1215. 
  5. Ministerio de Salud: Guía Perinatal 2015. https://www.minsal.cl/sites/default/files/files/GUIA%20PERINATAL_2015_%20PARA%20PUBLICAR.pdf

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