INTA despidió virtualmente a sus jubilados

INTA despidió virtualmente a sus jubilados

Laura Leiva, José Antonio Bravo, Juan Carlos Balmaceda y Patricio Ortiz fueron despedidos por sus compañeros en medio de agradecimientos por su cariño, entrega y dedicación a la institución.

Fue un viernes por la tarde y a través de Meet, pero el Instituto no quería dejar pasar la oportunidad de agradecer a todos quienes dejaban sus funciones en INTA. La frase que más se repitió entre los intervinientes fue que se volverían a juntar cuando la pandemia lo permitiera. Es que el cariño de la familia INTA es grande, sobre todo para este grupo de ex funcionarios: Laura Leiva, José Antonio Bravo, Juan Carlos Balmaceda y Patricio Ortiz. La mayoría de ellos llevaba trabajando más de 40 años en la institución.

“No es una despedida, nosotros esperamos que sigan yendo al INTA. Este es un paso que nos toca dar en nuestras vidas pero el INTA va a seguir allí, bajo la misma tónica que siempre ha tenido acoger a todo el mundo, y claramente nos vamos a seguir viendo”, declaró el director Francisco Pérez, quien abrió la conmemoración con sus palabras.

Posteriormente, cada uno de los homenajeados fue descrito por un compañero de su equipo de trabajo o jefatura. La profesora Verónica Cambiazo, del laboratorio de Bioinformática y Expresión Genética, dijo sobre Juan Carlos Balmaceda: “No es muy fácil despedirlo después de 20 años, fue muy importante durante el crecimiento y consolidación del laboratorio. Hemos dado por sentado su buen manejo de las rutinas del laboratorio. Nos hemos dado cuento que hacía nuestro trabajo mucho más fácil porque era capaz de anticipar nuestras necesidades”, expresó.

Laura Leiva fue elogiada por la directora de Extensión Sylvia Cruchet: “Somos amigas hace muchos años, amigas muy cercanas, pero además de eso me toco estos últimos 5, 6 años trabajar con ella en Extensión donde ha sido una profesional extraordinaria, buena compañera, fiel, trasparente, honesta, conciliadora, calmada. Muchas veces nos puso paños fríos en muchas situaciones, muy cercana, de gran calidad humana. Lo más importante es que en toda esta trayectoria académica y profesional está el sentido del ser humano y en eso ha sido extraordinaria compañera y buena persona”.

La doctora Magdalena Araya, jefa del laboratorio de Gastroenterología y Nutrición, agradeció a Patricio Ortiz: “Quiero hacer un reconocimiento muy sincero porque es impresionante como él entró a una labor técnica y se transformó en un pilar. Y se ha hecho cargo de las labores más difíciles y delicadas que hay en el laboratorio. Todos sabemos lo que ha significado la pandemia este año y yo le estoy muy agradecida porque el laboratorio de gastroenterología pudo caer en grandes problemas no ha parado ni un día. Hemos seguido trabajando como si nada hubiera ocurrido. De forma absolutamente personal estoy muy agradecida, ha sido muy buen amigo”.

Beatriz Molina, jefa de Administración, se dirigió a José Antonio Bravo, miembro del equipo de mantención: “Toñito estoy muy agradecida de la oportunidad de haber trabajado con usted durante todo este tiempo, de su cariño hacia la institución. En lo personal agradezco su buena disposición, su cariño, sus ganas de hacer las ideas que se nos ocurrían, su empeño y su decir &lsquojefa yo lo puedo hacer así, yo tengo esta idea, yo me hago cargo&rsquo. Eso se valora, se agradece y ha hecho que todo este camino sea mucho más fácil por su buena disposición y la buena onda”.

Quienes parten del Instituto

Los homenajeados también quisieron compartir sus sensaciones y reflexiones en torno al momento. Laura Leiva señaló que sentía este homenaje en el corazón. “Me encanta haber tenido este grupo de compañeros para jubilar junto con ellos y recibir este homenaje porque me gustó lo que hizo Verónica, ese reconocimiento a esa labor tan de bajo perfil pero con tanta dedicación que es fundamental para el éxito de todo lo que se hace en el INTA. Hay muchas personas que trabajan muy tranquilitas sin hacer ruido, y son los que hacen posible el éxito de todas las cosas que se están construyendo diariamente en el Instituto”.

Juan Carlos Balmaceda contó sobre los altos y bajos del quehacer cotidiano: “Al llegar al último laboratorio en que estuve, me costó acostumbrarme porque el que tiene que acostumbrarse a los demás del laboratorio es el auxiliar, no tenían los académicos que a adaptarse a mí.  Y eso en el fondo me costaba un poco, sobre todo con la doctora Cambiazo, hay que reconocer. Pero con el tiempo la conocí, congeniamos bien y no tuvimos problemas. A pesar de todo, siempre me sentí contento en el laboratorio de la doctora, fue el laboratorio donde realmente me sentí valorado. La gente que trabajaba con ella, afortunadamente para mí, nunca tuvo una mala palabra, nunca me hicieron sentir que yo era el auxiliar así que agradezco a todas las personas que pasaron y que estuvieron allí”

Patricio Ortiz hizo una declaración de principios: “Algunas personas dicen que no tengo muy buen genio, porque trato de que las cosas salgan bien a la primera y que sean las cosas correctas. Cuando uno tiene que decir algo, se lo dice a la cara la persona y yo soy así. Hay personas a las que le cae mal eso pero es mi manera de ser. Agradezco las palabras  contento y feliz y la verdad quiero seguir trabajando porque  si no sigo me van a salir canas y no quiero ponerme mañoso”.

José Antonio Bravo habló sobre la gravitancia de la institución en su vida: “Siempre mi vida ha sido el INTA. Entré como de 20 años, menos 7 años que estuve en la Fuerza Aérea. He visto mucha gente crecer, pasar por el INTA. Me entregó muchas cosas importantes, el respeto, la confianza, el amor por el prójimo, son cosas que uno no olvida nunca. Hice lo mejor posible en el Instituto. Di todo lo de mi y el instituto dio todo para mi. Tengo mis hijos grandes, gracias al instituto y a mi esposa que salimos adelante”.

Para finalizar, Ana María Flores entregó el mensaje del presidente de la Federación de trabajadores del INTA, Arturo Muñoz: “En nombre de nuestra federación, queremos darle nuestro reconocimiento a cada uno por pertenecer al INTA, por tantos años de labores ininterrumpidas y desearles lo mejor en este pasar junto a sus seres queridos. Con esas palabras también quiero expresar también mi gratitud a mis compañeros: a Toño, Juan Carlos, Patricio y a la señora Laura por haber compartido con ellos, por haberlos conocido. Son grandes personas, grandes seres humanos, feliz de haberlos conocido y espero que les vaya muy muy bien ahora y siempre junto a su familia”.

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