El 3 de diciembre rindió el examen de grado de Magíster en Nutrición y Alimentos mención Alimentos, la estudiante Gabriela Aguilera Oberg. El título de sus tesis fue: "Efecto del consumo de helado con bifidobacterium bifidum 900791 en sujetos intolerantes a la lactosa", dirigido por el profesor Martín Gotteland, de la Unidad de Nutrición Humana. En tanto la comisión revisora estuvo integrada por las profesoras Sylvia Cruchet y Paola Navarrete de la Unidad de Nutrición Humana y Nutrición Pública, respectivamente, del INTA y Rubén Bustos de docente investigador de la Universidad de Santiago de Chile.
Gabriela es nutricionista de profesión y se ha especializado en producción y control de calidad en diferentes empresas de alimentos. Decidió hacer este postgrado para su desarrollo profesional "y para ampliar mi campo laboral hacia la investigación y docencia, razón por la cual escogí el INTA, ya que se caracteriza por la calidad de sus académicos y el prestigio de la institución en el área de la investigación en nutrición y alimentos".
Resumen La lactosa, principal carbohidrato de la leche, debe ser hidrolizada en el intestino delgado por la enzima lactasa antes de ser absorbida. Los niveles intestinales de esta enzima son altos en el lactante y disminuyen luego del destete, llegando a ser escasa en la adultez (hipolactasia). Cuando los sujetos hipolactásicos consumen leche, la acumulación de lactosa no digerida en el lumen, y su posterior fermentación en el colon pueden provocar diarrea osmótica y distensión y dolor abdominal. Varios estudios han mostrado que la lactasa de las bacterias del yogurt sigue teniendo actividad en el intestino del consumidor, hidrolizando la lactosa y disminuyendo la sintomatología digestiva del sujeto intolerante. De igual manera, cepas probióticas pueden mejorar la tolerancia a la lactosa. Basado en estos antecedentes, se propuso evaluar si el consumo de helado con B. bifidum 900791 mejora la tolerancia a la lactosa en personas hipolactásicas intolerantes, tanto en forma aguda como crónica luego de ser consumido durante 4 semanas. Para ello, se realizó un estudio clínico, aleatorizado, en doble ciego y controlado de 7 semanas de duración en 50 sujetos hipolactásicos intolerantes, los que fueron distribuidos en dos grupos para recibir diariamente una porción de helado con o sin (placebo) probiótico. El consumo agudo del helado con B. bifidum 900791 junto con lactosa disminuyó la excreción de hidrógeno en el tiempo y la intensidad de los síntomas gastrointestinales, y aumentó el tiempo de tránsito orocecal (TTOC) de los sujetos. Estos efectos beneficiosos fueron observados con el helado con 107 UFC por (g) y, en menor proporción, con el helado con 104 UFC por (g). Luego de 4 semanas de intervención con el helado (104 UFC/g), tanto el grupo suplementado con B. bifidum 900791 como el grupo placebo disminuyeron en forma no significativa el hidrógeno espirado y los síntomas gastrointestinales. Se puede concluir que la cepa utilizada en este estudio tiene un efecto beneficioso en la tolerancia a la lactosa en sujetos hipolactásicos intolerantes. Pero, sería interesante que en estudios posteriores se utilice una concentración de al menos 107UFC (g) para determinar un efecto crónico; estudiar in vitro las características de B. bifidum 900791 y cómo influye en la microbiota intestinal. |