Mariela Matamoros García rindió su examen de grado el lunes 14 de marzo con la tesis: “Validación del “single-point insulin sensitivity estimator (SPISE)” para su uso en salud pública como prueba diagnóstica de riesgo cardiometabólico asociado a insulinorresistencia en niños y adolescentes obesos”, obteniendo su grado de Magíster en Nutrición y Alimentos Mención Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades Asociadas a la Nutrición.
La tesis fue dirigida por las profesoras Raquel Burrows y Paulina Correa; en tanto la comisión evaluadora estuvo conformada por los profesores Fernando Vio y Natalia Jara de la Unidad de Nutrición Pública y Unidad de Nutrición Humana del INTA, respectivamente, y el Prof. Hernán García del Departamento de Pediatría de Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica.
La decisión de Mariela de estudiar en el INTA fue tomada por la trayectoria y reputación que caracteriza a este instituto. “Yo sabía que estudiar aquí era una de las mejores opciones”, acota y afirma que la formación es muy completa. “Por ejemplo, he conversado con amigos en otros países que se sorprenden de que en el INTA den la Bioestadística como materia en una maestría, pues a ellos, les ha tocado investigar por su cuenta”, siendo ello un ejemplo de que la educación dada apunta a entregar las herramientas necesarias para ser investigadores integrales.
Mariela proviene de Ecuador y es nutricionista de profesión; actualmente, se dedica a la atención de pacientes en una consulta privada. Estudiar en el instituto le permitió vivir una nueva cultura, tener experiencias y conocer personas nuevas que aportaron a su crecimiento personal de una manera muy positiva. En el futuro inmediato quiere disfrutar de su familia, ya que se separó de ella por dos años. “También espero poder trabajar a nivel universitario, y aplicar mi tema de tesis en la investigación de mi país. Y, por último, tener la oportunidad de realizar otros estudios como algún diplomado o especialidad, para seguir creciendo profesionalmente en mi carrera”, apunta.
Resumen Introducción: El estimador de sensibilidad a la insulina de punto único (SPISE por sus siglas en inglés) es un biomarcador de la sensibilidad a la insulina comparable al índice de Matsuda. Se estima utilizando el IMC y las mediciones de lípidos de rutina. Objetivo: Validar la precisión del índice de SPISE (Single-Point Insulin Sensitivity Estimator) para diagnosticar riesgo cardiometabólico en niños y adolescentes obesos. Asimismo, determinar el punto de corte óptimo para el diagnóstico de insulino-resistencia (IR) y Síndrome Metabólico (SM) en esta población. Diseño: Estudio transversal de validación de prueba diagnóstica dicotómica. Método: En n=475 niños y adolescentes de ambos sexos que consultaron por sobrepeso y obesidad, tras un ayuno de 8-12 horas, se midió peso, talla, perímetro de cintura, presión arterial, perfil lipídico, glicemia e insulina. El índice de SPISE se calculó según el siguiente algoritmo: [600*HDL0.185/(TG0.2 * IMC1.338)]. La IR se diagnosticó con valores de HOMA-IR ?2.1 (Tanner 1-2), ?3.3 (Tanner 3-4) y ?2.6 (Tanner 5). El SM se diagnosticó según el criterio de Cook y Alberti. El punto de corte óptimo de SPISE para diagnosticar IR y SM se determinó mediante análisis de curvas ROC. Se estimaron sensibilidad (Sn), especificidad (Esp), área bajo la curva ROC (AUC) y razón de verosimilitud (LR). Resultados: En los pacientes prepúberes o Tanner 1-2 (9.1�2.0 años; 57% hombres), la prevalencia de IR y SM fue de 41.9% y 21.5%, respectivamente. El 61.3% tenía obesidad severa (IMC z score ? 4 DE). En pacientes púberes o Tanner 3-5, (12.6�1.9 años; 16% hombres) la prevalencia de IR y SM fue de 45.7% y 30.7%, respectivamente. El 38.2% tenía obesidad severa. En prepúberes, un SPISE de 6.3 mostró la mejor sensibilidad (65.3%) y especificidad (73.8%) para diagnosticar IR (AUC: 0.74; LR+: 2.5). En el mismo grupo, un valor de SPISE de 5.7 tuvo la mejor sensibilidad (72.6%) y especificidad (81.5%) para diagnosticar SM (AUC: 0.81; LR+: 3.9). En los púberes, un SPISE de 5.4 mostró la mayor sensibilidad y especificidad para diagnosticar IR (Sn: 67.1%; Esp: 69.3%; AUC: 0.73; LR+: 2.2); y un SPISE de 5.8 para diagnosticar SM (Sn: 94.7%; Esp: 55.8%; AUC: 0.83; LR+: 2.1). Conclusión: En niños y adolescentes obesos, el índice de SPISE tiene una buena precisión para diagnosticar tanto la resistencia a la insulina como el Síndrome Metabólico. El índice SPISE se presenta como instrumento relativamente sencillo de estimar y de bajo costo que puede ser usado para identificar a los pacientes pediátricos con mayor riesgo biológico. |