José Andrés Ocaña finaliza el Magister en Nutrición y Alimentos con tesis sobre inseguridad alimentaria durante pandemia COVID 19

José Andrés Ocaña finaliza el Magister en Nutrición y Alimentos con tesis sobre inseguridad alimentaria durante pandemia COVID 19

José Andrés Ocaña terminó recientemente el Magíster en Nutrición y Alimentos mención Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades Asociadas a la Nutrición, con la tesis: “Factores nutricionales asociados a inseguridad alimentaria durante la pandemia de COVID 19 en cohortes CIAPEC (embarazadas, preescolares y adolescentes) del sector Suroriente de Santiago”, la cual fue dirigida por la Prof. Camila Corvalán del INTA, y en la que participó como Comité Revisor, la Prof. Lorena Rodríguez de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y los profesores Nelly Bustos y Fernando Vio de la Unidad de Nutrición Pública del INTA.

José Andrés es médico de profesión, graduado de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Antes de venir a Chile a cursar su postgrado trabajaba en el Instituto de Salud Pública de la misma universidad realizando proyectos de alimentación y lactancia materna de vinculación con la sociedad, además de actividades de apoyo académico. Su decisión de venir a Chile a estudiar estuvo dada por su interés en realizar un postgrado dentro de América, que sea cercano a la realidad de la zona que, como él explica, se caracteriza por “inequidades profundas y de diversidad ecológicas inmensa”. La otra razón fue por el nivel de las universidades en Chile, siendo el INTA la única institución con un enfoque de promoción de la salud y prevención, acorde a su trabajo.

Además de estudiar su magíster, José Andrés complementó sus conocimientos, estudiando Arte Terapia en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. “Aunque parecen dispares, las dos me permitieron entender dos caras de la complejidad humana que busca la salud y el bienestar: una mirada desde las ciencias, la epidemiología y la estadística y la otra desde la percepción, la sensibilidad y la creación humana”, explica.

Haber terminado esta etapa profesional, para José Andrés significa mucho compromiso. “En mi país y en Latinoamérica los problemas no dejan de faltar, no logramos vencer la desnutrición y al mismo tiempo sobrecoge la obesidad, dos caras de una moneda que, además, provoca la destrucción incontrolable de la vida y su diversidad”, explica; agregando que el INTA le entregó las herramientas suficientes para entender esa realidad, y desear trabajar para transformarla.

José Andrés actualmente reside en su país, donde trabaja en el Instituto de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica, donde realiza investigaciones e intervenciones en nutrición poblacional. “Junto a mis compañeros de trabajo buscamos crear evidencia fuerte alrededor de los ambientes alimentarios, inseguridad y soberanía alimentaria que proteja a las personas de las inequidades a la hora de alimentarse, proteja los ambientes alimentarios diversos y saludables y que impacte en las políticas públicas de salud y nutrición”, concluye.

Resumen

Introducción: Antes de la pandemia por Covid-19, en Chile un 13% de la población presentaba inseguridad alimentaria (IA) - disponibilidad limitada o incierta de acceso a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen las necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias; sin embargo, con la pandemia esta circunstancia empeoró para muchos hogares del país. La IA es un proceso complejo por lo que entender su asociación con factores sociales y nutricionales, nos permitiría avanzar en estrategias de mitigación.
Objetivo: Evaluar la asociación entre factores nutricionales individuales y factores del ambiente alimentario (doméstico y de abastecimiento) y la IA, durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, en hogares pertenecientes a las Cohortes CIAPEC.
Métodos: Se estimó la prevalencia y severidad de la IA, bajo el Modelo de Rash de FAO. Se realizaron pruebas de chi-cuadrado (variables categóricas) para examinar las asociaciones no ajustadas entre la IA y las variables sociodemográficas. Se estudiaron las asociaciones entre las variables nutricionales individuales y del ambiente alimentario y la IA a través de regresión logística, ajustando los modelos por variables sociodemográficas. Por último, se realizaron pruebas de chi-cuadrado para examinar las asociaciones no ajustadas entre la IA y los apoyos alimentarios emergentes en pandemia, todo considerando un error alfa 5% y error beta 20%.
Resultados: Los hogares de las Cohortes CIAPEC tuvieron una prevalencia de IA mod-sev de 11.8% y de IA severa de 3.7%. La IA mod-sev en los hogares se asoció con: hacinamiento; situación de pobreza; crisis familiar grave; jefatura femenina; y educación media incompleta. Ajustando por variables sociodemográficas, IA mod-sev se asoció a nivel individual con la disminución de consumo de verduras, carnes, pescados y lácteos; y a nivel del ambiente alimentario con compras de alimentos en almacenes de barrio, en vez de supermercados. Finalmente, los hogares con IA mod-sev fueron beneficiarios de programas alimentarios, participaron en ollas comunes y recibieron mayor número de beneficios (estatales y de la sociedad civil) que los hogares sin IA.
Conclusiones: Nuestros resultados confirman la inequidad nutricional descrita en Chile y avanza en demostrar los cambios de conductas de acceso y consumo de alimentos que implementan las familias frente a la emergencia de IA. Los programas de apoyo alimentarios deben considerar estas estrategias que implementan las familias para mejorar su efectividad.

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