“Creo que nuestro país va abriéndose al verdadero desarrollo, aunque tal vez nuestros hijos ya no lo alcancen (...) Gracias por el apoyo que le han dado al grupo que ha trabajado en conjunto con la Universidad de Chile y el Instituto de Nutrición. Creo que vamos por buen camino. Si no somos nosotros, los que vienen luego van a ver un Chile incluso diferente, físico e intelectualmente, lo cual significa una muy buena realidad de vida. Gracias por la posibilidad de este premio”.
Con estas improvisadas y emocionantes palabras, el Doctor Fernando Mönckeberg Barros, Profesor Emérito y fundador del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), recibió el homenaje que le rindió la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el cierre de la Segunda Cumbre Parlamentaria contra el Hambre y la Malnutrición el pasado viernes 16 de junio en el Congreso Nacional.
La Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, señaló que “la enorme contribución del Profesor Emérito, Dr. Fernando Mönckeberg, en el campo de la salud es invaluable. Su trabajo para terminar con la desnutrición en Chile cambió para siempre nuestro país. Es, quizás, el trabajo científico de mayor impacto en el país, porque sus consecuencias se extienden a toda la sociedad y protege a los niños y niñas al nacer. Los innumerables homenajes que merecidamente ha recibido agradecen esa labor pionera, así como la creación del INTA que ha continuado aportando a la salud nutricional conforme nuestra sociedad enfrenta nuevos retos, como la obesidad. Para la historia de la Universidad de Chile, es un orgullo contar con el doctor Mönckeberg entre sus más ilustres profesores”.
En el evento –organizado junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Congreso Nacional de Chile y el Gobierno de Chile, con apoyo de la Comisión Europea, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y el Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe– se entregó un reconocimiento a la prolífica trayectoria y gran aporte realizado por el Dr. Mönckeberg.
En 1954, fue nombrado Director del Laboratorio de Investigaciones Pediátricas de la Universidad de Chile, que en 1976 se transformaría en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, del cual fue director hasta 1994 y paralelamente en 1975 fundó la Corporación para la Nutrición Infantil (CONIN). El Dr. Monckeberg se desempeñó como académico de la Universidad de Chile por más de tres décadas y fue miembro de destacadas instituciones nacionales e internacionales del área de la pediatría y nutrición, además de asesor de organismos internacionales como FAO, OMS y Unicef. Su enorme trayectoria fue reconocida en 1998 con el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas y en el 2012 le sería concedido el Premio Nacional de Medicina. Entre sus logros más destacados se encuentra el haber liderado la estrategia que permitió erradicar la desnutrición infantil en Chile en un lapso de tres décadas.
“Programas como la Gota de Leche desde los años 40 y también el medio litro de leche durante el gobierno de Salvador Allende fueron basados sobre la evidencia científica y como tales han podido perdurar en el tiempo”, destacó en la ceremonia la directora de la División de Asociaciones y Colaboración con las Naciones Unidas de FAO, Marcela Villarreal. “Algunos de sus libros han sido importantísimos en términos de vincular el tema de la nutrición con el tema del desarrollo, promoviendo la idea de la importancia de una nutrición sana y sólida para poder tener desarrollo”, agregó.
En la ceremonia, a la que el Dr. Mönckeberg asistió presencialmente, también le dedicó algunas palabras el Embajador de Chile en Italia y ex Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi. En ellas, reconoció la forma en que instaló el concepto de “transdisciplina” en la Casa de Bello al fundar el INTA, donde “buscó juntar académicos formados en muy distintos campos del saber para encontrar enfoques metodológicos nuevos, y así resolver un problema tan complejo como es la desnutrición”.
“El Dr. Mönckeberg consigue hacer realidad dos convergencias que resultan cruciales en el mundo contemporáneo: la convergencia del conocimiento científico con las políticas públicas, más su posterior realización en planes y proyectos concretos, y la convergencia del derecho de cada persona a desarrollar su potencial genético intelectual como individuo, y el derecho de la sociedad de contar con todas y cada una de esas personas para avanzar en su proyecto histórico. En su más alta expresión, ese es el sentido del ámbito de lo público, ese concepto que define a la U. de Chile, la institución a la que Fernando Mönckeberg pertenece”, agregó en su discurso.
Una figura histórica
Para la Universidad de Chile, el Dr. Mönckeberg es una figura fundamental que ya ha sido reconocida con hitos como su nombramiento como Presidente Emérito de CONIN en 2021. Dada su relevancia, desde 2015 el INTA pasó a llamarse "Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile Doctor Fernando Mönckeberg Barros".
“Es muy importante siempre recordar, premiar y agradecer a aquellos que le han dado tanto a la Universidad de Chile y al país, como el doctor Mönckeberg”, destacó la Prorrectora Alejandra Mizala, quien asistió al Congreso en representación de la Rectora Rosa Devés. “El homenaje fue impresionante, él fue aplaudido por toda la Sala porque es alguien que es respetado, conocido, y a quien muchos países le agradecen sus aportes a la nutrición infantil, así que para la Universidad es un orgullo”, dijo.
"La figura del Dr. Mönckeberg siempre ha sido muy destacada tanto en la Universidad de Chile, como a nivel nacional e internacional. Él nos ha enseñado a mantener la esperanza en que se puede aportar a la sociedad desde el conocimiento y la transdisciplina, sin bajar los brazos y con el objetivo de alcanzar el anhelado desarrollo del cual él siempre se ha referido", comentó el actual director del INTA, Prof. Francisco Pérez Bravo.
Tras la ceremonia, el Dr. Mönckeberg se tomó unos minutos para reflexionar sobre el reconocimiento que le entregó la FAO, el cual recibió de forma “realmente inesperada”. “No me imaginaba que hubiese tenido tan potente proyección lo que hemos hecho en los distintos niveles en el área social y económica de nuestro país, como para que se produjera esta reacción. Yo soy optimista y creo que se está avanzando muy bien, en la línea correcta, para llegar lo antes posible y preparados a la moderna cultura del conocimiento”.
A sus 97 años, el Profesor Emérito del Instituto que lleva su nombre cree que “los seguidores (de su trabajo) están en buen camino y que el país va a lograr salir del subdesarrollo en forma definitiva”. “Ya está muy cerca de lograrlo y los hijos de nuestros hijos van a lograr efectos tremendamente favorables. No más desnutrición, no más daño en los primeros periodos de la vida, y seguridad y tranquilidad por la calidad de vida que nosotros estamos alcanzando”, cerró.