En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, como INTA U. de Chile y como Dirección de Igualdad de Género reafirmamos nuestro compromiso institucional con la promoción de espacios seguros, respetuosos y libres de cualquier forma de violencia de género.
Treicy Aceitón, directora subrogante de la Dirección de Género del INTA, explicó que "nuestro quehacer orientado a la educación, ciencia e investigación nos recuerda que no existe desarrollo humano ni científico posible sin dignidad, equidad y protección para todas y todos. Hoy renovamos nuestro llamado a la comunidad a reconocer, prevenir y erradicar todo tipo de violencias, avanzando juntas y juntos hacia una cultura del buen trato y de los derechos humanos que honre la vida de cada mujer en toda su diversidad".
Esta fecha recuerda la lucha de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas políticas dominicanas conocidas como “Las Mariposas”. Su resistencia al régimen de Rafael Leónidas Trujillo y su asesinato el 25 de noviembre de 1960 a manos de agentes de la dictadura, se transformaron en un símbolo de la violencia ejercida contra las mujeres y de la defensa de la justicia y la libertad. La valentía de las hermanas Mirabal marcó un hito en la lucha contra la opresión y la violencia de género.
En 1981, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en Bogotá, se propuso establecer este día como un momento de reflexión y acción frente a la violencia contra las mujeres. Más tarde, en 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, llamando a los Estados, organizaciones y a la sociedad civil a promover la sensibilización y a impulsar medidas efectivas para erradicar todas las formas de violencia de género.
Este año, la Universidad de Chile se suma a esta conmemoración con la campaña “La Violencia Digital No es Virtual. Es Real. Seamos La Clave Del Cambio”, con el propósito de prevenir y visibilizar la gravedad y la creciente magnitud de este fenómeno.
A diferencia de otras formas de violencia, en el mundo digital el anonimato de las y los agresores, la rápida viralización del contenido y su permanencia en el tiempo, amplifican los daños y profundizan los impactos emocionales, sociales y físicos de las víctimas. A esto se suman vacíos legales, falta de regulación por parte de las plataformas digitales, procesos investigativos complejos, marcos normativos insuficientes y poca claridad sobre los canales de denuncia, factores que contribuyen a la impunidad y desincentivan la denuncia.
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