Probablemente, muchos de nosotros hemos escuchado de nuestros abuelos o padres decir que la pata de vaca es buena contra la diabetes. Ese conocimiento proveniente de nuestros ancestros, que ha perdurado en el tiempo transmitiéndose de generación en generación, corresponde a un saber que ha sido reconocido y validado por la tradición de nuestros pueblos. Es interesante destacar que se estima que un número no menor de los habitantes del planeta cubren sus necesidades primarias de salud con el uso de medicamentos tradicionales (1), por lo que, haber escuchado que cierta hierba medicinal es adecuada para el tratamiento de alguna enfermedad, o incluso haber utilizado alguna planta medicinal, parece no ser extraño en nuestras vidas.
Desde hace algunos años, la autoridad sanitaria nacional ha regulado el uso racional de plantas medicinales tanto como especialidad farmacéutica (fitofármaco) como su uso popular rústico (medicamento herbario tradicional). En el año 2009, el Ministerio de Salud (MINSAL) junto con un grupo de expertos elaboró el libro Medicamentos Herbarios Tradicionales (MHT). En él se presentan 103 especies vegetales y se describen sus principales características, atributos curativos e indicaciones terapéuticas; esto último, basado principalmente en el conocimiento tradicional nacional respecto a sus efectos. Interesantemente, la pata de vaca (cuyo nombre científico es Bauhinia forficata) se menciona en el libro MHT como una especie vegetal cuyas infusiones, preparadas a partir de sus hojas, han sido empleadas tradicionalmente para el tratamiento de la diabetes 2 no insulino-dependiente (2). Si bien existe evidencia científica que apoyaría los efectos benéficos de esta planta en el tratamiento de la diabetes (6), es muy importante la supervisión médica durante su uso y la continuación del tratamiento prescrito por el equipo de salud. Pero no solo la pata de vaca es señalada en el libro del MINSAL como una opción complementaria en el tratamiento de la diabetes, otras 12 especies de la herbolaria autóctona también son indicadas para tal efecto. Es así como el cochayuyo, la morera, el natre, el nogal, el eucalipto, entre otras, son especies que destacan por su indicación de uso en el tratamiento de la diabetes tipo 2 (2), acercando el saber etno-farmacólogico tradicional a nuestro diario vivir.
Entonces, cabe preguntarse ¿qué tendrán en común especies tan distintas como el cochayuyo y eucalipto, que ambas poseen efectos beneficiosos en personas con diabetes? Una respuesta general es que dichas plantas tienen moléculas químicas capaces de desarrollar un efecto biológico, es decir, el factor común entre ambas plantas sería la presencia de compuestos bioactivos. Estos compuestos están agrupados en distintas categorías como las saponinas, los flavonoides, las pectinas, entre otras. Los compuestos bioactivos poseen reconocidas actividades antioxidantes, antiinflamatorias, hipolipemiantes, insulino-sensibilizantes, así como otros roles asociados a la mejora de funciones biológicas, lo que en la mayoría de los casos se asocia con su efecto en la prevención y disminución del riesgo de contraer enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes (3). Considerando el elevado número de individuos afectados por esta enfermedad a nivel global (415 millones de personas), y dado que se estima un incremento importante en las cifras para el año 2040 (642 millones) (4), se hace perentorio la adopción de nuevas estrategias preventivas y/o terapéuticas para esta patología como, por ejemplo, la utilización, como estrategias coadyuvantes, de aquellas basadas en el uso de plantas medicinales. Interesantemente, la existencia de bases científicas sobre la efectividad y seguridad del uso de hierbas medicinales ha apoyado su aplicación en la atención primaria de los sistemas de salud (5). Es así como el uso de hierbas medicinales está adquiriendo importancia mundial no solo por sus efectos benéficos para la salud, sino también debido al mayor acercamiento de la población hacia el uso de productos naturales en los últimos años.
Por lo tanto, quizás es hora de plantearnos que ese conocimiento que tenían nuestros ancestros ha dejado de ser un “secreto de la naturaleza” debido a la evidencia empírica del uso ancestral de hierbas y a la disponibilidad de datos científicos respecto a sus efectos biológicos en salud.
Referencias
- Beyra A. Estudios etnobotánicos sobre plantas medicinales en la provincia de Camaguey (Cuba). Anales del jardín botánico de Madrid. 2004. 61(12): 182-204.
- MHT Medicamentos Herbarios Tradicionales. 103 especies vegetales. Ministerio de Salud. 2009.
- Gothai S, Ganesan P, Park SY, Fakurazi S, Choi DK, Arulselvan P. Natural Phyto-Bioactive Compounds for the Treatment of Type 2 Diabetes: Inflammation as a Target. Nutrients. 2016. 8: 461.
- Al-Lawati JA. Diabetes Mellitus: A Local and Global Public Health Emergency! Oman medical journal. 2017. 32(3): 177–179.
- Avello LM, Cisternas FI. Fitoterapia, sus orígenes, características y situación en Chile. Rev Med Chil. 2010. 138(10):1288-1293.
- Tonelli CA, de Oliveira SQ, Silva Vieira AAD, Biavatti MW, Ritter C, Reginatto FH, Campos AM, Dal-Pizzol F. Clinical efficacy of capsules containing standardized extract of Bauhinia forficata Link (pata-de-vaca) as adjuvant treatment in type 2 diabetes patients: A randomized, double blind clinical trial. J Ethnopharmacol. 2022. 282:114616.