Cómo reducir los desperdicios de alimentos en el hogar

Cómo reducir los desperdicios de alimentos en el hogar

29 de septiembre: Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

Por Carmen Gloria González, Profesora Adjunta, Unidad de Alimentos, INTA - Universidad de Chile

En el Día Internacional de la Concienciación sobre las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, queremos entregar algunas recomendaciones concretas, para reducir los desperdicios en el hogar.

Si bien los hogares son el último eslabón de la cadena alimentaria, no por ello son menos importantes en su rol para contribuir a evitar los desperdicios de alimentos, comprendiendo a estos, como los alimentos que se desechan, aun estando en condiciones adecuadas para ser consumidos por las personas. Cerca del 45% de las frutas y verduras, 45% de las raíces y tubérculos, 35% de los pescados y productos del mar y el 30% de los cereales, se pierden en algún punto, entre la venta mayorista, minorista y una vez comprados en los hogares.

El desperdicio de alimentos a nivel domiciliario, afecta la disponibilidad de nutrientes y factores alimentarios, además de ello, se botan todos los recursos relacionados con la producción, como el agua, tierra, mano de obra y transporte, así como recursos económicos involucrados en la compra, y afecta al medio ambiente, al contribuir en la producción de gases de efecto invernadero que se provocan, cuando estos alimentos se llevan a los vertederos y rellenos sanitarios.

En cuanto a las recomendaciones para el hogar, es necesario partir con las compras inteligentes y conscientes. Es muy apropiado realizar listados de compras planificadas previamente, en función de lo que se necesita para cocinar. Una alimentación también planificada, permite comprar lo que realmente se necesita y evitar las compras de productos por tentación, o que no se requieren. Cuando se realizan compras no planificadas, se puede cometer el error, de comprar alimentos que ya se encuentran en el hogar, con lo cual aumenta el riesgo de que algunos de ellos se deterioren y no se puedan consumir. Es fundamental que, al momento de hacer las compras, se revisen las fechas de vencimiento o caducidad de los diferentes productos y evitar las compras de alimentos que estén prontos a vencer. Otra idea interesante al momento de comprar, es recorrer el mercado o tienda, primero pasando por los productos que no requieren refrigeración, dejando para el final los refrigerados y congelados, los que se pueden transportar en bolsas que mantengan la cadena de frio, para prolongar al máximo la vida útil de estos alimentos.

Una vez que los alimentos ya están en el hogar, se deben mantener refrigerados o a temperatura ambiente, dependiendo del tipo de producto. El ajo, cebollas y papas, se mantienen mejor en un lugar fresco, seco y oscuro con buena ventilación. El zapallo italiano, lechuga, otros vegetales de hojas, zanahoria y tomates, se conservan mejor refrigerados. Los cítricos (naranjas, mandarinas, limones), plátanos, paltas, melones y sandías, se conservan mejor en lugares frescos y secos, pero una vez que se han abierto o partido, estarán mejor en el refrigerador.

Para aumentar la duración de frutas y verduras (F&V), es bueno identificar las que son productoras de etileno, y que corresponden a las F&V como manzana, mango, melón, plátano, palta, ciruelas, uvas, tomates y cebollas, que son capaces de provocar un aceleramiento de la maduración de otras F&V, consideradas sensibles, como brócoli, lechuga, espárragos, papas y zanahorias. Por lo tanto, las que son productoras de este gas, se deben mantener alejadas de las que son sensibles, para aumentar su vida útil.

Para el caso de los lácteos, carnes, huevos y pescados, se mantienen refrigerados. Es importante mantener congelados los alimentos que se van a consumir más adelante, por ejemplo, cuando se preparan cantidades abundantes de legumbres, se puede dejar una parte para consumir en el día y congelar en porciones lo que no se va a consumir. Respecto a los alimentos congelados, una vez descongelados, se deberían consumir pronto y no volver a congelar para evitar el deterioro y desarrollo de microorganismos.

Hay productos como los tubérculos, en especial las papas, que pueden producir un alcaloide tóxico de sabor amargo, llamado solanina. La solanina se produce cuando las papas quedan expuestas a la luz y desarrollan un color verde y también se produce cuando las papas brotan. En ambos casos es preferible no consumir el alimento, lo que además de afectar la apariencia, podemos detectar con el sabor amargo que proporciona esta sustancia, lo que nos alerta para evitar el consumo. Por lo tanto, tanto las papas como otros tubérculos se deben conservar en la sombra, sin exposición a la luz directa, para aumentar su vida útil.

Las conservas o enlatados son una forma muy común de consumir alimentos, que los hacen convenientes porque aumentan la duración en varios años de los alimentos que se conservan con este método. Es importante siempre revisar las fechas de vencimiento, para consumir los productos cuando estén en óptimas condiciones. Otros factores muy importantes, son evitar las latas con golpes o abolladas, abombadas, así como también las oxidadas, en todos estos casos existe el riesgo del desarrollo de microrganismos, bacterias que pueden resultar dañinas para la salud. Comprando latas en buen estado, nos aseguramos de consumir el producto en buenas condiciones. Solo es importante recordar que, dentro del método de conservación, habitualmente los enlatados tienen un mayor contenido de sodio, que se usa para preservar el alimento, por lo que es altamente recomendable, eliminar el líquido de la conserva y lavar el producto en agua corriente, para reducir el contenido de sodio remanente.

Un punto muy importante es el rescate de todas las partes que son comestibles y nutricionalmente buenas, que a veces son descartadas por desconocimiento. Es así como podemos hacer sopas, tortillas, budines y otras preparaciones, con las cáscaras, hojas y tallos de alimentos que a veces se eliminan, como las hojas del apio y la betarraga, los tallos de acelga y alcachofa. La mayor parte de las cáscaras son comestibles y tienen buenas propiedades nutricionales, semejantes a la pulpa de la misma fruta o verdura. Con las cáscaras de papas y zanahorias, se pueden hacer chips horneados. Las hojas de betarraga o de lechugas que estén más maduras, se pueden usar para hacer tortillas o budines con huevo. Y en general, cualquier fruta o verdura que esté muy madura se puede aprovechar para realizar una rica sopa o compota, para utilizar hasta el último trozo de alimentos. Una vez que hemos hecho todo lo posible por rescatar los alimentos y no botarlos a la basura, se pueden aprovechar para hacer compostaje en los hogares. Hoy existen diversas técnicas que nos permiten realizarlo a nivel domiciliario, para obtener un buen abono para las plantas y no botar nada que sea útil a la basura, contribuyendo además a cuidar el medio ambiente de los gases con efecto de invernadero que se producen en los vertederos.

Finalmente, cabe recordar la importancia de mantener una buena higiene de manos, superficies y utensilios, antes y durante la preparación de alimentos, de esta forma se minimizan los riesgos de contaminación y deterioro de nuestros alimentos, conservando las propiedades nutricionales y organolépticas, que nos permiten disfrutar por más tiempo, de alimentos, que serán consumidos efectivamente, y no irán a la basura por una manipulación inadecuada.

Los hogares tienen múltiples opciones para dar un buen uso a los alimentos, solo falta creatividad y voluntad para aprovechar al máximo los recursos y que nada se pierda.

Referencias

Acuña D, Domper A, Eguillor P, González CG, Zacarías I. Manual de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos. 5 al día; Ministerio de Agricultura Gobierno de Chile; INTA Universidad de Chile; Chile, 2018. Inscripción N� A-288750 del Registro de propiedad intelectual

Bañados N, Barrios L, Droguett D, Eguilor P, Fuenzalida I, Giraldo C, Gras N, Parraguez N, Saez L. Valora los alimentos, mejora tu nutrición. Material sobre desperdicio y recuperación alimentaria de frutas y verduras. 5 al día; Ministerio de Agricultura Gobierno de Chile; Chile, 2022.

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