Día mundial de la alimentación

Para el 2021, el lema de este día es "Nuestras acciones son nuestro futuro". Se trata de un llamado a ser más sostenibles en nuestras acciones diarias, reduciendo el desperdicio de alimentos, creando conciencia a cerca de una nutrición sana y equilibrada. Y todo ello con el objetivo de llegar al hambre cero y de proteger el medio ambiente.

La pandemia de COVID-19 es, por segundo año, el contexto en el que se conmemora –como cada 16 de octubre– el Día Mundial de la Alimentación. Este año, además, se ha hecho aún más evidente lo frágil de nuestra sociedad global. La alteración de los sistemas agroalimentarios, una recesión económica mundial, el aumento de la inseguridad alimentaria y la desigualdad son algunas de las consecuencias a la que la humanidad está haciendo frente.

La estrategia para sobrellevar esos efectos solo puede ser una: la acción colectiva en 150 países en este, uno de los días más celebrados del calendario de las Naciones Unidas. Un día para promover la conciencia y la acción en todo el mundo a favor de quienes padecen hambre y para garantizar dietas saludables para todos. Esto, mediante cientos de eventos y actividades de divulgación que reúnen a gobiernos, empresas, ONG, medios de comunicación y público en general.

Actualmente, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), casi el 40% de la población mundial, es decir, más de 3.000 millones de personas, no pueden permitirse una dieta saludable. Y la clave, sostienen los organismos internacionales, está en desarrollar sistemas agroalimentarios sostenibles, que dispongan de una variedad de alimentos suficientes, nutritivos e inocuos a un precio asequible para todos, y en el que nadie tiene hambre ni sufre alguna otra forma de malnutrición.

En sistemas agroalimentarios sostenibles se desperdician menos alimentos, y la cadena de suministro alimentario es más resiliente ante crisis bruscas como los fenómenos metereológicos extremos, los repuntes de precios o las pandemias, todo mientras se limita la degradación medioambiental o el cambio climático. En total, se necesitan sistemas agroalimentarios sostenibles que sean capaces de alimentar a 10.000 millones de personas en 2050.

Los sistemas agroalimentarios del mundo en la actualidad emplean a 1.000 millones de personas, más que cualquier otro sector económico. Así, los gobiernos deben adoptar políticas nuevas que fomenten la producción sostenible de alimentos nutritivos asequibles promoviendo la participación de los agricultores. Dichas políticas deben fomentar la igualdad y el aprendizaje, impulsar la innovación, estimular los ingresos rurales, ofrecer redes de seguridad a los pequeños agricultores, y desarrollar la resiliencia climática. Deben considerar los diversos vínculos existentes entre las áreas que afectan los sistemas alimentarios, incluida la educación, la salud, la energía, la protección social, y las finanzas, entre otras. Además, el desarrollo de distintas soluciones debe estar coherentemente orquestada, a la vez que respaldados por un aumento considerable de la inversión responsable, y un apoyo enérgico para reducir los impactos medioambientales y sociales negativos en todos los sectores, especialmente el sector privado, la sociedad civil, los investigadores y el ámbito académico.

 

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